Capitulo XXXIII MARATÓN (3/4)

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Narra Amette:

-Ya me voy-dijo Jace poniendose de pie

Ya habia pasado casi un año desde el nacimiento de los gemelos, nos habiamos mudado a una casa cerca de un lagó, era más bien una mansión. Jace seguia llendó a las juntas del consejo y cumplia sus deberés como rey de los vampiros, yo por mi lado le habia dicho a Ryan qué volvería a comandar las tropas cuando Leigh y Lysandro tuvieran un par de años más.

-Buen día, cariño-me despedí, se acercó, me besó la mejilla y salio por la puerta

Leigh y Lysandro estaban sentados en sus respectivas sillas para bebés, mientras yo preparaba sus desayunos. Leigh miraba muy interesado hacia el ventanal de la cocina y Lysandro jugaba con unos bloques hasta qué tiro todos al suelo y comenzó a llorar...

-Vamos, tranquilo-me acerqué a el y besé su frente, recogí los bloques y los pusé a un lado-Hora de desayunar-

Pusé un plato con papilla de pera frente a Leigh y uno con papilla de mangó frente a Lysandro. A pesar de su cortá edad, ya sabian comer solitos, claro qué tengo qué mantenerles un ojo encima para que no hagan travesuras.

De pronto escuché qué alguien tocaba la puerta principal, espere quieta a qué Rosalba atendiera y depúes llego a la cocina con una sonrrisa -Señora, tiene una visita- dijo, se hizó a un lado para dejar pasar a Joselyn y se retiró.

-Hola, Josy-saludé y me pusé de pie para saludarla

-Hey, Amette-saludó y me respondio el abrazó-¿Estas lista para ir de compras?-

-Aún no puedo creer qué en dos semanas te casas-dije y la mire emocionada

-¿Llevaras a estos diablillos?-miró sonrriente a Leigh y a Lysandro-¿Comó estan, bodoqués?-los saludó haciendoles mimos a cada uno

-Claro que los llevó-respondí sonrriente y la miré-¿Puedes cuidarlos unos minutos mientras me cambio?-

-Claro qué si-me respondio y con eso salí disparada a mi habitación

Hoy iremos a comprar el vestido de novia para Joselyn y mi vestido de dama. Será un día atareado y por supuesto qué me llevo a mi niños, adoró pasear con ellos en publicó.

Los pequeños, a pesar de su corta edad, sabian perfectamente cuando uno les hablaba y entendian todo. Su vocabulario, a su edad, es bastante avanzado. Adoran los mimos, y odian qué papá esté fuera casi todo el día, por eso la mayor parte del tiempo buscó la forma de entretenerlos de distintas maneras: saliendo al parqué, viendo peliculas infantiles o simplemente jugando a la pelota con ellos. Leigh es más tranquilo qué su hermano, no le gustan los lugares muy ruidosos y prefiere hacer garabatos en papel qué jugar. Lysandro, sin embargó, es un caso perdido; adora jugar, estarse quieto no es lo suyo; siempre anda de un lado a otro, o lo qué gatear le permite.

Me enamoré de un vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora