Ser soñadora a veces no es tan bueno. Ese día había llegado un nuevo compañero a la cafetería, Isaac.
Inmediatamente le eché ojos y fui a entablar una amigable conversación con él. Total, mi jefe no parecía disgustado.
Desde ese momento, la atracción de ambos era más que obvia y fue tanto así que me convertí en una persona que jamás creí.
La pintura ya la di por fracaso y mi trabajo ya no tenía sentido sin un objetivo.
Comencé a dedicar casi todo mi tiempo a Isaac. Hacíamos bromas tontas a los demás empleados y tratábamos mal a los clientes, solo por una razón: Que ambos fuéramos expulsados de la cafetería. Así lo tuvimos y para colmo, si en algún momento volvíamos a necesitar ese empleo, ahí ya no teníamos lugar.
Para ser honesta, estábamos muy felices porque por fin iniciaríamos una vida como la supuesta pareja que éramos. Me comentó acerca de un departamento que estaba alquilando en una ciudad no muy lejana a la que estaba y que, si lo aceptaba, podía ir para perseguir mis sueños y estar con él.
Nada podía parecer mejor. Yo ya era mayor de edad y su propuesta sonaba de ensueño.
Fui con prisa a mi casa a contarle todo esto a mis padres, quienes estaban super disgustados y decepcionados. Creyeron que yo iba a ser una mujer independiente y exitosa y que mi decisión jamás sería la de ir tras un tipo a quien ni siquiera había conocido bien.
Estaba en una edad difícil y obviamente, sentí que mis padres estaban exagerando todo y estuvimos discutiendo hasta muy tarde.
Como era de costumbre, obtuve lo que quise y logré salir de la casa de mis padres junto con todas mis cosas para supuestamente nunca más volver. Ellos ni siquiera quisieron despedirse de mí; tenían el corazón roto.
Tomé un bus que me llevara a la ciudad donde iba a renacer mis sueños y donde estaría con el amor de mi vida. Oh sí, que ilusa fui.
Cuando estaba cerca del lugar, mando un mensaje de texto a Isaac para que pudiera ir por mí, sin embargo, el mensaje no fue respondido.
Ya que había ocurrido eso, mantuve el optimismo y cambié los planes y fue así que decidí llegar de sorpresa. Nunca hagan eso. Llegué y la sorprendida terminé siendo yo.
Lo encontré a él en el departamento con muchos tipos, la música muy fuerte y el olor a alcohol que invadía el espacio. Esto ya no me parecía bien.
Rápidamente echó a sus amigos de allí y me empujó hacia adentro con bastante ira.
-¿Qué diablos estás haciendo aquí, Laura? Y ¿qué son todas esas maletas?
-¡Dijiste que podíamos vivir juntos y que aquí cumpliríamos todos nuestros sueños!
-Mira, no soy ningún estúpido, lo recuerdo perfectamente, pero eso era dentro de años y no ahora, ¡¿me entiendes verdad?!
-Hubieras sido algo más específico, mis padres ya no quieren saber más nada de mí y ya no tengo ni dignidad ni dinero para regresar, así que como sea te aguantas y me recibes porque me recibes.
Enojada, azoto la puerta y voy al sofá más cercano. Él simplemente suspira profundamente tomándose la cabeza y va a tomarse una ducha.
Al volver, me lleva a una habitación abrazada por la oscuridad y suciedad de varios años y lo miro confusamente.
-Esta es tu nueva habitación. Le echas ganas o te echo yo a la calle.
Simplemente entro, y empiezo a llorar como nunca antes. No tenía más a nadie y tenía que quedarme allí.
A la mañana siguiente, me despierta un fuerte sonido, era Isaac que había puesto una extraña música con el volumen más alto. Me levanto de la cama y olvidando lo ocurrido, voy a saludarlo cordialmente
-¡Quítate! ¿No te das cuenta que estoy haciendo el desayuno? Por cierto, para ti solo hay frutas, así que conténtate con eso.
Asiento con la cabeza y vuelvo a mi habitación, tomo el último pedazo de lienzo que me queda, las pinturas y voy a la sala a tratar de distraerme creando una nueva obra.
Isaac ve lo sucedido y arrebata de mis manos las pinturas y las tira por la ventana, mi pincel lo rompe y el lienzo lo esconde. ¡Esto ya era demasiado! Pero como estaba aterrada, nuevamente decidí guardar silencio y lo vi a él dando la media vuelta y saliendo de la casa.
Como me había quedado sola y quien sabe por cuantas horas se me ocurrió una idea. Investigar la habitación donde estaba.
Fui en busca de una linterna y tuve bastante suerte porque rápidamente la encontré y apunté a un extraño armario que estaba lleno de periódicos y fotos de su niñez.
Lo que primero llamó mi atención fueron aquellos periódicos en los que encabezaban las fotos de unos señores que eran muy parecidos a los que estaban cargando a Isaac de pequeño. ¿Y si eran sus padres?
Al leer el título del periódico me quedé completamente congelada. Las autoridades estaban en busca de ellos por violencia hacia un menor.
Sin aliento, seguí buscando entre aquellos archivos y encontré algo más profundo. Un periódico reciente, donde aseguran que aquellos señores habían sido encontrados muertos en un bosque que era bastante cercano al departamento.
Entré en pánico porque ya sabía perfectamente en que estaba metida.
La verdad, ya no tenía ganas de investigar nada más, así que fui nuevamente a la sala a mirar por la ventana y pensar cómo podía escapar de allí. Mi vida estaba en riesgo y ahora mis sueños ya no tenían importancia.
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Porque Así lo Quise
Historical FictionUna talentosa joven se ve cegada por un mal amor que la llevará a descubrir una trágica historia y la someterá a diversos maltratos, sin embargó ella borrará ese error y se convertirá en una trascendente persona.