Capítulo 4: Fuera de control

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Al anochecer, llegó Isaac. Estaba de muy buen humor, me sorprendí por eso, pero aun así tenía bastante miedo.

Trajo pizza y un refresco, me invitó y accedí porque en todo el día no había comido nada.

El ambiente estaba a gusto, increíblemente ya casi estaba dejando de lado lo que había visto por la mañana.

Me agarró de distraída y tomó el refresco y lo llevó hacia un lugar para servírmelo. Cuando me dio y lo probé, sentí un sabor fuera de lo común, pero en ese momento pensé que nada más se trataba de la marca.

Después de eso, caí en un profundo sueño y cuando despierto, me encuentro adolorida y con muchas marcas en el cuerpo. Sí, había abusado de mí.

No tenía idea de que pensar. Fui engañada, renuncié a mi vida y terminé siendo esclava de una persona a quien jamás tuve que conocer. Pero así fue, así ocurrió y esa era hoy mi realidad.

Abre lentamente la puerta de mi habitación

-Buenos días preciosa. ¿La pasaste bien anoche? Estuvo increíble

-¡Eres un sínico! Pero ya fue suficiente, ¡me largo de aquí!

Él va a la cocina, toma un afilado cuchillo y me lo muestra

-Tú de aquí ya no te vas, ahora vas a hacer lo que yo te diga y ni se te ocurra gritar y andar de chismosa.

Me quita el teléfono y se va.

Acaté todo lo que me pedía, solo porque tenía aun esperanzas y sabía que llegaría a salir de ahí.

Pasaban los días y efectivamente, me convertí en una empleada. Lavaba sus ropas, cocinaba, planchaba, hacía todo eso hasta tarde y al día siguiente, temprano estaba nuevamente al pie del cañón.

Porque Así lo QuiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora