Cold Girl || Kim Taehyung || © ¡TERMINADA!

Capítulo 11

No sé cuánto tiempo estuvimos abrazados, pero ya debía separarnos

Yo trabajo para él, indirectamente es mi jefe. Me separé lentamente

Iba hablar, pero mi celular sonó

Lo saqué y era una llamada de Megan

Fruncí el ceño

¿Por qué me estará llamando?

—Contesta —murmuró

Llamada

—¿Aló? —murmuré dándole la espalda a Taehyung, no quería verlo

—¿Aún sigues en el trabajo? —preguntó misteriosa

—Si ¿Por?

—Estoy yendo por ti—dijo feliz

—¿Qué?

—Vamos a ir a comprar mi vestido para la cena —dijo obvia

No respondí

Lo había olvidado

—Lo olvidaste, ¿No? —preguntó triste —Te lo dije esta mañana —murmuró

—Yo... —murmuré, no podía ir con ella, no en este estado —No puedo ir Megan, tengo trabajo. Me voy a quedar hasta tarde —le dije en susurro

—¿Esa es tu mejor excusa? —preguntó irónica —Solo di que no quieres ir conmigo porque odias ir de comprar —dijo molesta y dolida

—No es excusa Megan, en serio tengo trabajo, no sé a qué hora acabaré. Tal vez te vea más tarde y... —me cortó

—No. Olvídalo. Yo iré sola —dijo amarga —No te quito más tu tiempo —dijo y colgó

Fin de la llamada

Guardé mi celular y me abracé

Había decepcionado a mi amiga, a mi mejor amiga

—¿Estás bien? —preguntó cerca de mi oído

Cerré fuerte los ojos y algunas lágrimas recorrieron mis mejillas

No, no estaba bien

—Estoy bien —dije, pero la voz me había temblado al hablar

Sentí sus brazos envolver mi cintura y apegarme a él

Esa acción me dejó sin palabras y sin aliento

—No mientas —murmuró en mi oído, la piel se me erizó al sentir su aliento —Ya no mientas Dove.

Tragué saliva

—¿Por qué me haces esto? —pregunté en un susurro —Sabes que ahorita mismo podría golpearte y dejarte sin hijos —dije tratando de sonar firme

Su pecho vibró porque se estaba riendo

¡Se reía de mí!

—Estoy seguro de que serías muy capaz de hacerlo —me apegó más a él

Solté un grito silencioso

—Pero no lo harás —dijo firme

—¿Cómo estás tan seguro de eso?

—Solo lo sé y ya —dijo seguro

Sentí que aflojaba su agarre de mi cintura y me daba la vuelta para quedar frente a él

Miré mis pies, no quería mirarlo

—Mírame —me ordenó, negué —¿Por qué no? —preguntó tratando de buscar mi mirada