CAPÍTULO 1

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¿Adivinen quién está llegando tarde? Exacto, yo. Acabo de levantarme y son las seis AM, cuando tendría que haberme levantado hace una hora, todo por la culpa de mí alarma que no sonó.

Me levanto de una salto de la cama y me dirijo al baño para cepillar mis  dientes, luego me saco la ropa que tenía puesta y me meto a la tina, cinco minutos después  salgo, me coloco ropa interior, una pollera tubo, junto a una camisa blanca y el saco que hace juego con la pollera, y por ultimo mis tacones negros.

Luego de vestirme regreso otra vez al baño, me coloco maquillaje que consiste en un labial rojo, mascara y base. En estos momentos es donde agradezco tener pelo lacio y lo único que tuve que hacer fue pasar un cepillo para quitarle los nudos que se formaban siempre que dormía.

Salgo del baño y me voy a la cocina, me fijo en el reloj y solo faltan quince minutos para entrar a trabajar, así que sin tiempo a desayunar, tomo mí cartera, guardando las llaves, dinero, celular y mí documento. Después tomaría un café en el trabajo.

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—Señor le traigo su café.

—Señorita Smith, le informo que no me gusta el café de Starbucks, y ya me tomé uno, le sugiero que si quiere durar en este trabajo, se aprenda mis preferencias, no puede ser que ya vayan dos semanas que trabaja aquí y nada — me contestó sin siquiera mirarme.

—Bueno señor, prometo que me aprenderé hasta el más mínimo detalle. Si no necesita nada más me retiro— le respondo girándome para tomar el picaporte, pero antes de hacerlo su voz me detuvo.

—Antes de que se vaya, le recuerdo que a las ocho y treinta tenemos una reunión en el restaurante japonés de acá a unas calles.

Han pasado dos semanas desde que trabajo en Enterprise Black, no me ha sido difícil acostumbrarme al trato que recibía por algunas mujeres que se creían superior, ni tampoco me fue difícil acostumbrarme con el nuevo ritmo de vida.

En cuanto a Michael Black, nunca hablamos del problema con el café en el día de la entrevista, muchas veces siento una tensión rara proveniente de su parte, como si deseara algo de mí, pero no logro adivinar lo que realmente quiere.

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—Señorita Smith, ya nos vamos ¿Está lista?— pregunta con la vista metida en su celular.

—Si señor, ya podemos irnos.

Nos encaminamos juntos hacía el ascensor, marcando el piso principal, y cuando las puertas se cerraron y el ascensor empezó a descender, un silencio incómodo se formó. Cuando el ascensor llegó al destino, nos despedimos de la recepcionista y fuimos hacia el parking dónde estaba estacionado su auto y nos subimos.
El empezó a manejar y yo a revisar unos correos de la empresa de modelaje, pero me entró una llamada.

En la pantalla estaba agendado como "Baby" Y desbloqueé la llamada rápidamente, en ese momento sentí la mirada de Michael Black sobre mí pero no le dí importancia.

LLAMADA ENTRANTE: BABY

—Hola pequeña ¿Todo bien?

—Hola corazón, súper bien ¿Y vos?— le respondo sonriendo cual tonta enamorada.

—Ahora que te escucho a vos, mí mañana mejora.

Me río tranquilamente, no quería incomodar a Michel  —Por favor querido—Digo avergonzada— ¿Bueno para que me llamabas?

—¿Qué? ¿Ahora no puedo llamar a mí chiquita?

—CLARO que me puedes llamar p— no pude terminar de hablar ya que Michael empezó a balbucear de que ya pronto llegaríamos al restaurante, comeríamos rápido y podríamos llegar a nuestra casa, para luego de finalizar, acarició mi rodilla izquierda pero yo solo  pensaba en enterrarme cien metros bajo tierra, ya que esa caricia provocó una pequeña corriente en mi cuerpo, y se que el también la sintió porque alejó su mano rápidamente.

Mi jefe, ¿Mi marido? (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora