Arena y fuego

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Es difícil decir dónde es y cuándo es. Una chica de pelo rubio y vestido blanco está parada, descalza, en un suelo de telas o cuerdas que forman un patrón distinto. Depende del viento. Quizá podría ser arena, tan fina que se confunde con seda. En el centro del patrón hay un hoyo. La chica mira a su alrededor. No hay nada más que el hoyo. Se acerca a este. Mide cerca del diámetro de su cabeza. Es muy profundo. Es tan oscuro que parece como si alguien hubiera pintado un circulo negro en la tela, digo arena. Más al lado de este hoyo hay otro muchísimo más grande. No estaba ahí hace un momento, pero ella no parece percatarse de esto. Está sumida en un extraño sopor. El lugar es tan extraño que provoca en ella una sensación extraña. Cierra los ojos y respira. El viento sopla un poco. Abre los ojos y ve el cielo naranja, o anaranjado más bien. Vuelve a mirar. Se acerca un poco al hoyo más grande y alcanza a ver el final del patrón de arena, o tela, o cuerda. Este se descontinúa y comienza una barranca de tierra llena de material de construcción y excavadoras. El ambiente se torna terroso, seco. El viento comienza a soplar más fuerte y las cuerdas empiezan a soltar partículas, están muy desgastadas. De la nada, se levanta un especie de tornado de llamas coloridas frente a ella, a unos pocos metros de distancia. Se queda mirando, sin saber qué sentir.

Sueños y pesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora