A veces Yibo era raro, un poco distante, un tanto serio e inexpresivo, otras veces muy directo, tanto que algunas personas que no estaban acostumbradas podían llegar a ofenderse. Xiao Zhan no era de esas personas, él ya conocía la forma de ser del menor y es por eso que a veces se sentía confundido.
Yibo a veces llegaba a ser un pequeño cubo de hielo, quizás no le gustaba mostrarse tan vulnerable ante los demás. Sin embargo ese hielo se derretía en sus momentos de intimidad y se volvía fuego puro, uno que devoraba todo a su paso, uno que hacía estremecer a Xiao Zhan. Un fuego que consumía y quemaba, pero no llegaba a lastimar, un fuego que proporcionaba un agradable y placentero abrazo y cuando la mañana asomaba, todavía se encontraban restos de esa llamarada ardiente escondida en besos y abrazos.
Durante el día Yibo se volvía eficiente, cuando estaba de buenas era como un pequeño niño que quería jugar y hacer bromas y travesuras, cuando no estaba de humor, era alguien directo que solo iba a trabajar y nada más.
Cuando se conocieron todo fue incomodidad, pero conforme se fueron acercando, el mayor pudo presenciar sus sonrisas, sus bromas, su actitud infantil que le provocaba risas y ternura a partes iguales. Esa ternura se fue volviendo gradualmente cariño y ese cariño, amor.
Xiao Zhan no era bueno escondiendo sus emociones. Él sabía que había caído a los encantos de su co-protagonista muy pronto y sobre todo, sabía que fue el perdedor. El que se enamora primero pierde, es lo que dice el dicho.
Yino no tardó en darse cuenta de sus sonrojos, de sus tartamuedeos, cosa que le extrañó, el chico parecía más despistado de lo que en realidad era. Xiao Zhan se vio contra la espada y la pared un día que el menor sin más se acercó a él y lo preguntó, tan directo como solo él podía serlo. El mayor por un momento pudo sentir como su alma salía de su cuerpo y regresaba. Durante esos minutos todo fue tan lento que no supo cómo reaccionar ni como librarse de esa situación. Lo acabó admitiendo, pensaba que podría morir en cualquier instante por la vergüenza, el calor de sus mejillas era lo peor, sobre todo por no tener donde ocultar su rostro. Estaba expuesto ante el más bajo por completo. Se encontró siendo intimidado por su mirada que no vacilaba ante nada. El chico podría ser más bajo por unos centímetros, podría ser menor que él, pero sabía sin duda como intimidar, su energía era demasiado fuerte así que sin darse cuenta acababa cediendo a lo que quería, así sin más, sin gran esfuerzo.
Recordaba ese momento tan vívidamente, como después de soltar toda la carga de emociones, Yibo lo besó. Fue un roce suave, gentil, cariñoso. Xiao Zhan vio por primera vez las mejillas del contrario enrojecer, al igual que la punta de sus orejas, fue tan tierno. Ambos se vieron incapaces de hacer o decir más, como un inocente primer amor.
Su relación comenzó de forma repentina, por obvias razones nadie lo sabía. Como celebridades, su información personal debía ser resguardada y más aún en un país tan conservador como ese. La reuniones después de su trabajo, fingir ser amigos. A veces todo resultaba tan doloroso, aún más cuando había rumores de "atracción" entre alguno de los dos y una chica. Ellos sabían que no eran ciertos, pero aun así, dolía reunirse en las noches, buscando consuelo en los brazos del otro, sintiéndose un poco tristes de no poder gritar al mundo su amor, ni a sus amigos, ni a sus familiares. Sabían a lo que se arriesgaban, pero sería aún más desgarrador haber contenido su amor y no profesarlo nunca.
Xiao Zhan se sentía más como el que se refugia en el otro si lo pensaba bien. Él no era como Yibo que podía mantener una cara de póker ante las situaciones difíciles, él si era alguien muy expresivo y por eso a veces resultaba herido más fácil. Se preocupaba mucho cuando reflexionaba sobre eso y preguntas como: ¿Y qué tal si por consolarme Yibo se aguanta todo su dolor y pesar? Con esa idea lo confrontó un día, al principio se mostró reacio y fuerte como siempre, pero tras insistir un poco, por fin pudo verlo derrumbarse. Le gustaba mostrarse indiferente, porque no sabía cómo reaccionar a veces ante ciertas situaciones. El menor lloró en silencio en los brazos de su pareja, mientras Xiao Zhan le regalaba caricias y algún que otro beso en la cabeza.
Xiao Zhan a veces no sabía muy bien que pensar de Yibo. Solo sabía que era como un pequeño cofre lleno de lindas sorpresas, algunas le llegarán a gustar, otras no tanto, pero al fin y al cabo, él lo amaba y más que ninguna otra cosa, eso era lo que importaba.
Se había quedado pensando en eso mientras veía a su pareja trabajar, posando para las fotos de una revista, que en ningún momento se dio cuenta de que se metió de más en sus pensamientos y Yibo ya no estaba ahí, sino a su lado, ya cambiado de ropa y tomando fotos de su rostro distraído, material que quizás Yibo usaría para molestarlo más adelante. Al ver que el mayor no reaccionaba, aprovechó que ya no había nadie para jugarle una pequeña broma. Se acercó al oído ajeno y susurró.
—Zhan-ge~ —su voz fue baja y ronca, un tono que solo usaba cuando estaban en la cama, pero a veces le gustaba usarlo para molestarlo. Dio un ligero mordisco al lóbulo lo que hizo al mayor estremecerse y a la vez asustarse.
—¡Wang Yibo! —Exclamó asustado y muy sonrojado.
—No es mi culpa, no reaccionabas.
—Pudiste llamarme de una forma más... decente —se quejó y miró a otro lado.
—No lo pude evitar, Zhan-ge es lindo cuando se avergüenza —sonrió y se aceró más a él.
—P-pero aun así, alguien pudo vernos y... o-oye aléjate un poco —su tratamudeo comenzó cuando vio al chico muy cerca de él.
—¿Por qué? No hay nadie —lo tomó de los brazos que le intentaban alejar y los llevó a atrás de su cuello para que lo abrazara.
—Sí, pero hay que tener cuidado...
Yibo lo besó, fue casi como el primer beso que se dieron, un roce suave que poco a poco fue haciéndose demandante hasta que le robó todo el aliento a Xiao Zhan. Cuando por fin el menor se apartó el contrario se acercó de nuevo, pidiendo más de ese dulce contacto, nunca sería suficiente. Yibo río entre el beso.
—Zhan-ge, nos pueden ver~
—No me importa —gruñó cuando el beso fue roto y retomó el ritmo de inmediato.
—Mejor vamos a casa, no quiero que te contengas por estar en un lugar público —dijo pasando su mano por la espalda del mayor quien aguantando un suspiro asintió.
Yibo era extrañamente racional a veces pese a sus propias acciones tan descaradas. Cada día conocía algo nuevo de él, se preguntó si ese cofre tendría fin alguna vez. No le importaba mucho, solo quería seguir al lado de ese chico, conocerlo más y seguir así, siempre.
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YiZhan.
FanfictionSección solamente de One-shots de Yibo y Xiao Zhan. Las historias de aquí no necesariamente estarán conectadas entre sí, solo serán como ya mencioné, One-shots dedicados a esta shipp. NOTA: Habrá versatilidad entre los personajes, así que encontrara...