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Al principio me había mareado un poco pero segui subiendo sin perder la velocidad. Ya primer piso. No lo perdía de vista, seguía subiendo. Parece que no se dio cuenta que voy detrás de el. Y siguió subiendo. A este ritmo yo perdía mis pulmones. Ya era segundo piso y todavía subía, solo quedaba la terraza.
Cuando llegue la puerta se cerró en mi cara. La abrí y sentí el viento frío en mi rostro, mire a los lados buscando a Manuel, de mi respiración salía humito y mis manos ya empezaban a ponerse frías.
─¿Por que me seguis?.─me di vuelta asustado.
─No te sigo.─Hablé recuperando el aliento.
─¿Entonces a quién buscabas?.
─A... un amigo imaginario.─Acote convencido.
─¿Ah si?.─alzo sus cejas incrédulo.
─Si se llama roberto y... ¿no lo viste?.
─Es la excusa más ridícula que pude haber escuchado.
─Yo diría que las más creativa, para estar en pedo la re pensé.
─¿Estás borracho?.
─Un poco. ¿No tenes frío acá?.─me abraze a mi mismo refregando mis brazos sintiendo mi rostro enfriarse.
─No. Es lindo estar acá.─levantó su cabeza dirección al cielo estrellado.
Se veía lindo, no solo Manuel, el cielo también. Nunca les había prestado tanta atención a las estrellas, él las miraba con fascinación, como si fuesen la cosa más interesante y hermosa del mundo.
─¿Te gusta mirar las estrellas?.
─Siempre me gusto. ¿No te sentís tranquilo mirandolas? como paz, por un segundo al menos.
─Si.─susurre mirando hacia arriba.─Me resulta muy tierno como las miras.─solte y al segundo tape mi boca.
Volvi mi mirada al piso guardando silencio, no solo por la vergüenza también porque me había mareado de subir y bajar la cabeza. Dentro de todo segui en pedo y fumado, pero lo ocultaba muy bien. Demasiado.
─¿Estar borracho te hace decir las cosas sin filtro?.─Senti sus ojos en mi, movi mi pie en el piso a causa del nerviosismo.
─¿Qué cosa?.─Levanté mi cabeza hablando desentendido.
─Lo que dijiste.
─No dije nada.─alzo sus cejas con una sonrisa pequeña. Y me tambalee un poco, el frío capaz no me hacía bien.
Se acercó a mi rápidamente, y me tomó de un brazo pasándolo por su hombro.
─Tranqui estoy bien.─susurre con dificultad.
─No parece. ¿Encima ahora como vas a bajar?.
─Ya se me va a pasar.─Me moví un poco quedando frente a él, con mi brazo todavía en su hombro, coloque mi otro brazo en su hombro izquierdo empujándolo a mi, en un abrazo.
─Estas frío.─susurró sin siquiera responder mi abrazo. Cosa que no me le había dado cuenta, yo solo quería calor y mantenerme en pie.
─Como tu corazón.─Respondí en otro susurró descansando mi cabeza en su hombro.
─¿Por que abrazas a un desconocido?.
─Hay que darle amor a todo el mundo. Además te conozco, sos Manuel.
─Es lo único que sabes de mi.
─Entonces decime más.
─Yo tampoco te conozco ¿por qué te contaría?.
─Mira me llamo Valentin Oliva, tengo dieciséis años, vine de vaciones con mis papás y mis dos mejores amigos hace cinco días.─susurre sin soltarme del abrazo.─Ahora vos.
─Ni lo pienses.
─¿Por qué sos tan desconfiado?. Algo deci al menos.
─Me llamo Manuel Vanstein, tengo dieciséis y...
─Y...
─No me gusta hablar de mi vida, en especial si ya no la tengo.─frunci el ceño unos segundos sin entender. Senti como mi estómago se revolvía, no tenía que haber jugado fondo blanco con Dani.─Aveces no te das cuenta lo rápido que todo pasa.
─¿Tenes algún problema con tus papas o algo así?.
─Los tuve. Me siento muy solo sabes, me hubiese encantado conocerte antes.
─No estás solo, yo estoy acá abranzandote y... no soy bueno dándole apoyo moral a la gente pero me caes bien.─senti sus brazos en mi cintura. Sonreí cuando me di cuenta que había al fin respondido a mi abrazo.
─Y... ¿nunca me pensas soltar?.─Susurró después de unos segundos.
─No, ahora que conseguí que me abraces es mi momento.─me separé un poco y soltó mi cintura, baje mis brazos con cuidado hasta la suya abranzadolo un poco y choque nuestras frentes.
─¿Qué haces?.
─No sé.─me encogi de hombros con una sonrisa juguetona.
─Vos tenes muchas confianzas con desconocidos ¿no?.
─Siento que te conozco.
─Sentis pero no me conoces, capaz debe ser el alcohol.
─¿Te puedo dar un beso?.─frunció el ceño de golpe mirándome con rareza.
Capaz dejar que mis impulsos actúen por mi no era buena idea, podía quedar como un alzado de mierda, o un tipo de acosador que no la moja ni en agua.
─¿Hasta besos le das a desconocidos?.
─¿Ya te dije que hay que darle amor a todo el mundo?.─río bajo, con una sonrisa tierna.
─No escuché que hayas dicho un no.
─No, no lo dije. Pero tampoco un si.─hice un puchero sin poder evitar mirar sus labios, los relamia cada vez que hablaba, parecía que lo hacía apropósito y no podía evitar verlo.─digamos que si.
─Me parece perfecto.─sonrei contento antes de inclinar un poco mi cabeza y unir nuestro labios, noté que estaba un poco ruborizado antes de cerrar mis ojos.
Apreté un poco su cintura, sentí lo suaves y cálidos que sus labios eran. Un cosquilleo me recorría todo el cuerpo, sus manos se posicionaron en mi mentón, su pulgar se movía dándome pequeñas caricias. Mis labios se movían acariciando los suyos con ternura. Por más que el aire empezaba a faltar no me quería separar, me sentía bien, me había olvidado completamente de todo, estaba despreocupado y feliz.
Se separado de mi con una sonrisa. Sin bajar las manos de mi mentón.
─¿Ya no te parecen tan mal los besos a desconocidos?.─susurre con diversión. Tenia miedo de despertarme mañana y no acordarme de nada. En estos momentos odiaba estar en pedo.
Estuvo apunto de hablar cuando mi celular vibró en mi bolsillo. Y cai en la realidad. Había dejado a Daniel y Mateo prácticamente drogados en recepción.
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Jeh. Capaz pasa todo "muy rapido" yo creo que no xq hay motivos dea. Pero es una mini novela no voy a hacer 20 capítulospara que se de un beso acá. 😔✊🏻
