Jericó

Confusión

Charlotte estaba confundida,  quería estar sola, llorar, gritar, golpear algo,morir; pero entonces lo veía a él, y algo dentro de ella gritaba (No lo dejes ir) ella sentía que lo necesitaba, pero la culpa no la dejaba.

Ella solo pensaba: Otra vez pasó, pero esta vez fui yo, yo escogí a otra persona por sobre él, esta vez es mi culpa; y entonces la culpa se hacía más grande, porque si lo hubiera escogido a él, Tiny y sus niñas estarían encerradas y su futuro sería muy oscuro, Charlotte no paraba de pensar en las decisiones que había tomado y sus otras opciones, pero eso sólo la hundía más en su miseria.

Trisha llegó con un kit de pruebas y tomó sus muestras.
Jericó estaba ahí, con solo verla se dio cuenta que ella estaba rota y que  traer la de vuelta sería muy difícil, pero él sentía por ella algo que nunca Habia sentido por nadie, ¿Era amor? no lo sabía, pero eso de verdad era especial.

Cuando Trisha se fue, el se quedó ahí deseando verla sonreír, y ver sus hermosos ojos iluminados por la alegría.
Ella le pidió dejarla sola, pero él solo le dijo: tú descansa, yo te cuidare.

Trisha realizó sus pruebas y quedó muy sorprendida, Charlotte decía la verdad, eso era algo nunca antes visto, pero era real, de inmediato se lo informó a Justice.

Justice decidió que Charlotte debía quedarse y que debían cuidarla, ya que era obvio que Malcom la querría, ya fuese para utilizarla o para vengarse. Así que decidió dejar a Jericó cuidando a Charlotte,   Justice podía ver la forma en que Jericó la miraba, era como verse a él mismo mirando a Jessi.

Pasaron varias semanas y Charlotte solo decía lo necesario, Jericó no sabia que hacer para que ella notara lo mucho que él la quería, pero él no sabia que ella tenia su lucha interna, cada día que pasaba a su lado Charlotte sentía más y más cosas en su interior, la culpa y el dolor no se iban, pero ese pequeño sentimiento que había aparecido al verlo por primera vez iba en aumento, ella no sabia el porque cada maldita mañana lo único que deseaba era verlo, sentir su aroma de hombre cerquita de ella, oír su voz decir su nombre, cada vez que él estaba cerca ella se sentía completa, pero lo alejaba, porque por sobre toda esa mezcla de hermosas cosas que sentía, también tenia miedo, la soledad no era buena, pero sentir y perder era aún peor.

Las semanas se convirtieron en meses y en Charlotte el dolor y la culpa ya iban menguando, pero el miedo fue en aumento, miedo de sentir, creer, soñar con un futuro que tal vez no llegue, pero sobre todo miedo de amar, ese primate la hacia sentir mejor con ella misma, cada vez que la abrazaba y le decía que ella hizo todo lo que pudo, se sentía bien, tan malditamente bien, que si moría en sus brazos no le importaría.

Cuando le dijeron que Jericó se quedaría con ella 24/7 en lo que atrapaban a Malcom su corazón latió tan rápido que sentía que se escaparia de su pecho, el primate de hermosos ojos rojos ya tenía su corazón aunque ella se había negado a aceptarlo, pero que iba a hacer ahora que lo tendría todo el tiempo con ella.

Esa misma tarde Jericó se mudó con ella a una casa en la zona salvaje, él se había dado cuenta que ella  cada día estaba mejor, pero que aún lo evitaba, la distancia que ella dejaba entre ellos lo lastimaba, pero estaba decidido a tenerla completa para él ahora que vivirían juntos.
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Esa noche Charlotte estaba nerviosa, mientras preparaba la cena Jericó se acercó tanto  a ella que sintió la electricidad recorrer su espalda, el acaricio su brazo y ella no pudo esconder el gemido que salió de su boca, al escucharla  Jericó tembló de deseo, se acercó más a su espalda y susurró en su oído con la voz tan ronca por la excitación.Te necesito, ella tembló, cerró los ojos y entonces sintió como el lamia su cuello, ahh ella grito y tembló en sus brazos, el la volteó y la besó, y entonces todo se paralizó, solo existían ellos y sus respiraciones combinadas como una sola, él le apretó la cintura y ella se sintió en la puerta del cielo; en ese momento alguien tocó la puerta y entonces Charlotte volvió a la realidad, como rayos su autocontrol había fallado tanto se preguntó, que diablos hago, maldición lo amo.
Jericó por otro lado quería matar al que estuviera del otro lado de la puerta, él la tenía en sus brazos, parecía un sueño y entonces la maldita puerta sonó, pero que rayos, estaba tan cerca de hacerla suya, no se daría por vencido. Ahora sabia que si podría convencerla de quedarse con él.
Se apartó de mala gana de ella y abrió la puerta. Sorpresa eran breeze y otras hembras, esa sería una larga y muy incómoda noche.

Hasta aquí por hoy.
Te lo prometí linda
Yami01af