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All Might tenía la boca abierta casi su quijada llegaba al piso.

—¿En que momento sucedió esto?— se pregunto sin poder creer lo que veía, tosió sangre al ver nuevamente la escena.

—Y bien ¿Vas a intervenir?— le pregunto Aizawa quien había salido de repente haciendo que All Might pegará un grito y se recargara en el vidrio por la espalda.

—¿Aizawa que estás haciendo aquí?—Pregunto con una mano en el pecho.

—Desde hace rato llegué para sustituirte, ¿No les dirás nada?— pregunto con los brazos cruzados y una ceja arriba.

—Honestamente planeaba hacerme de la vista gorda, no se cómo lidiar con esto— dijo con honestidad All Might rascándose la cabeza.

— Que fastidio —pensó Aizawa con la vista cansada —antes esto no debería ser ningún problema, pero ahora con los dormitorios esto puede llegar a terminar mal—.

—¿A que te refieres?— pregunto All Might confundido a lo que Aizawa solo le lanzó una mirada de fastidio, entonces entendió a lo que se refería— ¡Ya veo!— grito con amabas manos en la boca.

—Por ahora dejémoslo así, cuando todo esto termine hablaremos con ellos — dijo Aizawa sin dejar de mirar a los chicos que aún coqueteaban entre ellos.

Cuando había caído la noche Ochaco se había recostado en su cama aún con la mirada roja, después de lo que ocurrió con ellos cuando estaban en la cocina no habían dejado de buscarse con la mirada, cuando hacían contacto con los ojos se lanzaban miradas y risitas cómplices. Todo lo que resto de la noche no dejaban de coquetear.

Ella sentía que se encontraba en un sueño, un sueño en el que no quería despertar nunca porque si al despertar resultaba ser toda una mentira entonces viviria el mismo infierno.

Inevitablemente tenía que contárselo a alguien, pero no sabía a quien de sus amigas le podría confesar lo que había sucedido, Tsuyu y Momo la regañarian por haber hecho eso en la escuela, Hagakure y Jirou probablemente la entenderían, pero no sabía cómo decírselo a ellas, entonces solo que daba su amiga mas  alocada y que probablemente le daría algún consejo, Mina.

Entonces tomo su teléfono móvil y marcó el número de su amiga, dudo por un segundo, pero necesitaba que alguien le dijera que no se equivocó.

—Hola ¿Ochaco?— contesto la voz de su amiga.

—Mina... ¿Estas ocupada? ¿te desperté?— pregunto nerviosa.

—No para nada Ochaco, en realidad esperaba a que me marcaras, te fuiste con los hombres mas problemáticos, de seguro estas aburrida— dijo Mina con lastima en su voz al sentir pena por su amiga.

—Nada de eso Mina, en realidad paso algo y quería platicarlo con alguien— dijo abrazando con fuerza su almohada.

— ¿Sucedió algo con los chicos? ¡¿Kirishima esta bien?!— pregunto Mina asustada.

—¡Si... no! Es decir... Todo está bien — se apresuró a contestar Ochaco.

— Lo que sucedió fue... algo ¿Íntimo?— dijo arrugando sus ojos.

— ¡Besaste otra vez a Bakugo!— grito impresionada Mina.

— ¡Bakugo y yo no nos besamos!— grito frustrada Ochaco.

Sentimientos desbordantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora