Capitulo 4 ( Savana )

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             Duermo, las pesadillas solo son un leve recordatorio de donde estoy y el por que. Me levanto sudando y con un nudo en la garganta al ver a mi madre con moscas en la boca. Estoy sola en la cama. Muerdo mi labio al sentir en mi piel el olor de Angelo, siento estremecimientos en mi cuerpo y pienso que me enfermare.


Me pongo de pie, el piso frio me hace recordar que estube a pundo de ahogarme , camino  por la cabaña como una extraña lo haria, no es mi casa y nunca lo fue. Veo fotos de mi padre siento dolor en la boca del estomago su rostro aparece borrado en cada fotografia como si lo hubieran hecho hace mucho tiempo. Esta oscuro y tenebroso parece sacado de una pelicula de terror, aprieto las manos con miedo, avanzo hasta la sala buscando en las paredes fotos de mi madre.



- No la veras aqui - me quedo inmovil cuando su voz suena en plena oscuridad los busco con cuidado esta sentado en el rincón que deja el sofa como si estuviera escondiendose, lo miro extrañada.  Se sostiene con fuerza las piernas y tambien esta sudando, levanta el rostro en mi dirección, conozco ese semblante cuando lo veo, tiene miedo, las pesadillas no solo me atormentan a mi. - No se merece estar aqui - levanta las cejas - no cuando elijio al hijo equivocado.


Son las palabras que un niño herido diria estoy segura de ello, pero no impide que sienta dolor puro y profundo. - No recuerdo mucho de ella  - susurro sonriendo con tristeza - todavia veo su rostro lleno de sangre - carcajea, me quedo viendolo aun cuando esta en aquella posición tiene el derecho de reirse.


Aprieto los puños - es un buen recuerdo - me mira - por lo menos para mi.


- ¿Que pasa con papa? - pregunto sin mas, aprieta la quijada como si aquella pregunta le quemara por dentro.


- ¿Quieres hablar de  él? - susurra escondiendo su rostro entre sus rodillas, su voz se vuelve grave algo espelusnante a mi parecer. - puedo enumerarte las veces en las que me torturo , gracias a tu madre. - doy un paso a él - tranquila, gracias a eso me converti en lo que soy.



Aprieta lo puños y se pone de pie como si hubiera completado los minutos, me mira - ¿Pesadillas? - le pregunto.


- No niña, yo no tengo pesadillas, yo me converti en ella.



Asiento dandole a entender que no preguntare nada más por que me aterra su respuesta, camino al sofa y tomo asiento, estaria mal tartar de conocerlo, esta claro que no le interesa.



Se sienta a mi lado con las manos entrelazadas, esperando ambos lo hacemos, es como un nuevo día nos arropa cuando la luz del sol aparece me lleno de valentia.


- Me llevaras al muro - niega


- Aun hay un largo camino que recorer, no pensaras que nos quedaremos aquí.


- Quiero ir a casa - se gira bruscamente y me toma del rostro aprieta con fuerza como si pudiera romperme.

CruelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora