Capítulo 17 "Adicta a los libros"

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** 29 de agosto del 2011"

"Han pasado varios días desde conocí a León, estoy muy emocionado porque mañana iremos a comer!!!! Es tan perfecto porque es muy atento conmigo, me habla de una manera tan tierna y es tan guapo!, cada vez me gusta más y siento que él será un estupendo primer novio.

Los nervios y la emoción me están matando pero no siento que deba preocuparme, todo saldrá bien".

Terminé de escribir en mi diario y comencé a hacer mi tarea. Unos gritos provenientes del comedor me distrajeron, sonaba algo grave así que fui a asomarme.

- ¿Ahora a dónde vas?, llevas días que no duermes aquí y sólo vienes a pedirme dinero, en que te metiste ahora.- mi mamá le gritaba preocupada a mi hermano.

- En nada, mejor dime, me vas a dar dinero sino para ya irme.- mi hermano hablaba en un tono muy frío con intención de que mi mamá cayera en su chantaje.

- Está bien, pero pórtate bien Gerardo.- mientras mi madre le daba unos billetes a mi tarado hermano, el se percató de mi presencia y me gritó...

- Tu qué quieres?, lárgate de aquí marica.- al instante salí corriendo a mi habitación, no se por qué siempre le he tenido miedo a mi hermano y nunca he sido capaz de contestarle cuando me grita.

Estaba un poco preocupado por la sitcuación de mi hermano, pero ya era muy tarde así que decide meterme a mi cama y dormiré; además a mi que me importa lo que haga mi hermano...

- Nanito, ya es hora de despertar.- era mi hermana, que me tomaba del hombre y me movía para así despertarme.

- Gracias hermanita.- ella me vio muy confundida, talvez porque siempre que me despierta me enojo y le grito, pero está vez era diferente, moría por comenzar el día ya que en la tarde saldría con mi amado.

Me arreglé lo más rápido y me fui a la preparatoria, en estos días había logrado hacerme amiga de un grupo de chicas que tal vez no eran las más bellas ni las más populares pero eran muy agradables y divertidas.

Pasé toda la mañana ansioso y esperando a que fuera la hora de salida e ir a buscar a León.

Dieron las dos en punto y ya se habían acabado las clases, fui directamente a la biblioteca donde había quedado de verme con León, al ver que le todavía no llegaba me fui a sentar a uno de los sillones.

El lugar estaba completamente vació, excepto por una chica, Arizona, ella está en mi salón y aunque no le hablo parece ser agradable. Es muy bajita, su cabello es como una loca combinación entre rojo y café oscuro, siempre usa sus gafas moradas excepto cuando está leyendo, eso me parece demasiado extraño.

Podía verla todos las tardes después de la salida, mientras yo hacía mi servicio ella se la pasaba leyendo, leía un libro diferente cada tarde, eso me parecía muy impresionante puesto que yo suelo leer tres o cuatro libros al año; pero al parecer ella disfrutaba mucho la lectura, como si los libro fueran su adicción.

- Hola, se te ofrece algo.- demonios creo que pasé mucho tiempo viéndola.

- No, nada... sólo me preguntaba si habías visto al otro chico que atiende la biblioteca.- intenté dismular.

- No, no he visto a León,- quedé impresionado, como conocía a León!

- ¿ Cómo sabías que hablaba de él? - la miré un poco desafiante y molesto, no puede fijarse en mi futuro novio.

- Pues porque son los únicos chavos en la biblioteca, los demás encargados son mujeres, dah.- micara tomó un color rojísimo, parece que estoy quedando como tonto otra vez.

- Ah si, lo olvidé.- intenté sonar como si no me hubiera importado su comentario.

- Oye, pero para qué lo buscas, saldrás con él o qué? - 

- No tengo porque contestarte eso, no es por ser grosero pero no te conozco.- fui lo más indiferente que pude, no quería que supiera la verdad.

- No seas payaso, se que te gusta y que coquetean muy seguido... olvidas que estoy aquí todos los días.- demonios, pensé que nadie nos veía!

- Pero no deberías salir con él. - me advirtió Arizona.

- Pero por qué si es muy buen partido.- me extrañó que dijera eso como si mi León fuera mala persona.

- No tengo  por que contestarte eso, no es por ser grosera pero no te conozco.- me arremedó la muy maldita.

- Ay, sólo estaba jugando por favor dime.- me sentía ofendido por la manera en la que me imitó, si no fuera porque moría por que me dijera lo que sabía de León la hubiera dejado sola.

- Te diré solamente porque te ves buena persona, el es un mujeriego, yo lo he visto ligar con otros cuando tu no estás, es de esa clase de chavos urgidos que sólo andan viendo quien cae.-

- Hahahaha claro que no, mi León no es así.- reí pensando que lo que decía era sólo una broma pero al ver su rostro y ver que hablaba en serio mi risa se fue tornando de divertida a nerviosa.

- Espera, estás hablando en serio?.- le pregunté.

- Claro y si no me crees tengo una prueba, ven y te lo demostraré.- no tuve más opción que seguirla.

Mientras caminábamos por el centro de la biblioteca ella se detuvo delante de una puerta...

- Recuerdas que te había dicho que no había visto a León, pues te mentí.- ella giró la perilla de la puerta y la abrió.

Ahí estaba mi "querido" León besándose..... correción, comiéndose a un tipo. No podía creer lo que veía, al parecer mi ex futuro novio, mi príncipe encantador, no era más que otro idiota.

Era imposible para mí seguir ahí parado otro segundo más, así que sin decirle nada a Arizona o a León, salí corriendo de la escuela para buscar refugio en el único lugar donde me siento a salvo, mi habitación.....

Diario de un típico gay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora