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Luces rojas y azules iluminaban el frío,  oscuro y solitario espacio, el sonido de sirenas la ensordecian ,más no tanto como el insopprtable pitido en su flanco izquierdo, por donde sentía algo recorrer desde su cabeza hasta su mentón; no quería aventurar su mano, que presionaba su cráneo tratando en vano de apacigüar el dolor.

Había sido una tonta,nunca debió confiar en aquellas personas. ¿Por qué habrían de cambiar su naturaleza tan de repente?, la Kagome de hacia unas horas había sido una estúpida, una idiota. Ahora no solo se sentía sola sino que lo estaba, y por encima de ello, estaba aterrada.
Sería aún más ingenua sino entendía lo que estaba ocurriendo, esa mujer había vuelto a jugar con ella, y ella tontamente, había vuelto a caer en su trampa.

Escuchaba la voz, que por un altavoz llamaba a esa mujer, esa mujer que antes creyó su salvación, esa mujer que la ayudó antes, pero que ahora comprendía que habían sido migajas, que no había desinterés en sus acciones, esa mujer que había jugado con ella y la había engañado. La había considerado su amiga pero ahora comprendía...esa mujer, la había condenado a esto desde el principio.

Sintió la puerta del lugar derrumbarse, acompañada de pasos, muchos, sintió a hombres gritar, pero ella estaba aturdida, el pitido no sesaba. Los escuchaba llamarla, y aunque no por su nombre, entendía que era a ella.
Trato de hablar,pero no podía, trato de levantarse de la posición fetal en la que se encontraba desde hacía horas, pero no podía, su cuerpo dolía, sintió la sangre debajo de ella, estaba gelatinosa, casi coagulada. Las voces insistían, los hombres seguían llamándola por ese nombre que tanto odiaba.

Sintió a más personas llegar, esas personas no la gritaban, no, sintió como la tocaban, el movimiento que provocaban le causaba más daño.
Sintió como era elevada, y sacada de la habitación,ahora entendía porque se sentía helada, comenzaba a nevar; pensó con ironía, que las nevadas habían tardado en llegar este año. La luna llena le traía paz, la luna de invierno siempre le había fascinado, se mostraba más brillante con los copos a su alrededor, pero ahora...

-- No hay dudas señor...es ella,esta herida y parece haber perdido mucha sangre por lo que la llevaran al hospital universitario de Tokyo, pero la tenemos -- escucho a alguien hablar,y el sonido de un teléfono al colgar una llamada. -- Al fin...te tenemos Kikyo---

Fue lo ultimo que escucho después de sentir como se sumia en la inconsciencia.

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