--- ¿Le crees? --- pregunto, seria, analizándolo.Él sonrió, sin dejar de apreciar como el sol rojo comenzaba a ocultarse, pintando el cielo de cálidos colores que les iluminaba a través de los enormes cristales. ¿Qué si le creía?, no estaba seguro, era su primer caso en donde si cliente mantenía la misma historia por tanto tiempo,la mayoría solían equivocarse, cambiar la historia con el paso de los días, aveces llegaban incluso a olvidarlas, pero ella no.
Ella aún insistía con la misma historia desde hacía tanto, no había ni un pequeño detalle diferente en su relato desde el principio hasta el día de hoy.--- Eso tampoco lo sé --- dijo seguro mirándola al fin. --- No se lo que tenga entre manos esa mujer, y mi deber no es descubrir la verdad, aún así...---
--- No deberías tomarte molestias con esa mujer, Inuyasha --- espetó ella firme --- Ella no se las tomo al cometer todas esas atrocidades que la llevaron a donde esta ahora --- ahora era ella la qué perdía la mirada en el paisaje que le ofrecía el ventanal --- Esta perdida diga lo que diga --- volvió su mirar al hombre --- Y tu no tienes nada que hacer por ella---.
Inuyasha la miro cuidadosamente, su mirada se había tornado fría, decidida. Le pareció que Kagome tenía un sentido de justicia muy firme, se encontró preguntándose si había sido víctima de alguno de los crímenes de Kikyo y la banda de delincuentes que la seguían, más pronto recordó que su nombre no pintaba en ninguno de los crímenes cometidos por esas personas. Le parecía curioso, si, más no le intrigaba, suponía que era lo que todo Tokyo pensaba y deseaba para Kikyo, después de todo, sus crímenes habían afectado a muchos, y había perturbado la paz que se vivía en esa ciudad antes de ella.
--- Esta por anochecer, ¿deseas que te lleve a tu casa?--- pregunto tratando de sacar el asunto de su cabeza, sabia que si seguía cuestionandose no dejaría el tema en toda la noche y tal vez el día siguiente.
--- No, mejor descansa--- rechazó ella dando media vuelta para tomar sus pertenencias y dirigirse hacia el elevador. ---Aun tengo cosas que hacer antes de llegar a casa ---.
--- ¿A estas horas? --- preguntó.
--- Inuyasha --- ella se acercó y le dirigió una de esas miradas seductoras pero tranquilas, que solo en ella había visto --- Nunca cuestiones a una dama --- dio un suave vaso en los labios del hombre, sutil y fugaz, pero fue suficiente para descolocar al hombre. --- Nos vemos --- dijo con un amago de dulzura y desapareció tras las puertas del elevador.
Inuyasha no pudo hacer más que mirar las frías puertas del elevador ya cerradas.
Ella creía que sería una molestia tener que lidiar con aquel estúpido abogado, antes había estado segura de que nadie querría defenderla, había cometido una gran cantidad de atrocidades, las suficientes para ganarse el odio de la población en Tokyo; pero grande fue su sorpresa al enterarse, un mes después del arresto, que un famoso abogado había tomado el caso de MissK.
A decir verdad estaba realmente impactada, no había contado con ese sujeto al momento de idear su plan, por lo que tuvo que idear otro en el acto o todo por lo que había trabajado se iría a la basura.Fue por eso que tomó la identidad de la estúpida mujer. No era difícil, después de todo eran prácticamente hermanas, y tenía la ventaja de que no había nadie para desmentirla, se había encargado del único que podía delatarla, no fue difícil, cualquiera es capaz se intimidar a un niño pequeño.
Las puertas de metal se abrieron frente a ella dándole una vista de las oscuras calles, ya había anochecido y en esa zona, pareciese que todos dormían con la caída del sol, pues estaba tan solitario con apenas unos cuantos autos surcaban las calles apenas alumbrada por unos faroles. Aspiro el fresco aire y exaló con fuerza, contemplando el cielo, sin expresión alguna en su rostro.
Al final, cuando localizó al dichoso abogado no fue nada de lo que ella había imaginado, era un hombre atractivo, no le había parecido para nada viejo, a decir verdad aparentaba menos edad que sus 35 años, su larga cabellera negra le daba una imagen menos formal, siempre la llevaba atada en una coleta baja y esos ojos ámbar...no lo iba a negar, la primera vez que se miraron se perdió en esos ojos por más de lo que le gustaría admitir. Después de todo, ser Kagome no sería tan aburrido como ella había pensado. Sonrió de lado al pensar aquello.
Un auto negro lujosos se estacionó justo frente a ella, en la entrada del edificio. Se acercó con absoluta confianza y la puerta del copiloto se abrió para ella.
Entro al auto con la elegancia característica de ella.--- ¿Por qué tardaste?--- reclamo al hombre, quien encendió el auto tan pronto ella azotó con visible molestia la puerta del auto.
--- No te quejes, estoy viniendo por ti poniendo mi cuello en riesgo solo porque quieres ver a ese idiota --- dijo arrancando el auto, conduciendo por las calles hasta a las afueras de la ciudad --- Ni siquiera entiendo porque arriesgas el tuyo, sabes que con tan solo pedirlo puedes desaparecer a ese hombre ---.
--- Estoy segura de que en cuanto lo veas tu percepción de su persona cambiará --- comentó irónicamente, conocía a la perfección a ese frente a ella y su alta debilidad por los hombres, sobre todo los apuestos. --- Todo a su tiempo Jakotsu --- dijo ella riendo soberbia --- No me sirve de nada que Naraku lo mate, no aún...pienso qué podemos sacarle buena ventaja si esta de nuestro lado, después de todo, ya nos a dado una muy grande---.
Jakotsu la miro seriamente --- Vaya, tu si que sabes sacarle provecho a las situaciones...y a las personas---.
--- Claro, de esa manera e llegado a donde estoy --- Contesto con una sonrisa de autosuficiencia en su niveo rostro, apenas iluminado por las farolas que iba dejando atrás el automóvil. --- Todo y todos tienen algo que ofrecernos, depende de uno mismo como sacarles ventaja para lograr tus cometidos ---.
--- Ya veo, así que usas a las personas para obtener lo que quieres--- no recibió respuesta, giro para mirarla, más solo aprecio su semblante atrapado en la ciudad que se alejaba cada vez más.
--- Nadie es indispensable, Jakotsu--- habló sin voltear a verle ---.
--- Y tu no tientas al corazón, cierto?---.
Ella no habló palabra, no tenía porqué contestarle nada a ese idiota afeminado, pero si que tenía la respuesta, esta grabada con fuego en su mente, en su cuerpo, en todo su ser.
Nadie se había tentado el corazón para con ella, así que no tenía porqué hacerlo para con nadie.Jakotsu entendió que la mujer no hablaría y se limitó a bufar con una mueca de disgusto llamada en su rostro, pulcramente maquillado con vívidos colores en sus ojos. A decir verdad estaba sorprendido de que esta le dirigiera más que unas cuantas ordenes. Sus conversaciones por lo regular consistían en ella dando órdenes y él mandando la a la mierda;estaba seguro de que esta era la primera vez que tenían una conversación decente desde que la conocía, y Dios sabía cuántas veces había intentado con esa mujer.
Comenzaba a creer que ese hombre, el tal Inuyasha estaba haciendo mella en la fría y despiadada mujer.
Jakotsu río de inmediato ante sus pensamientos, ¿cambiar a Kikyo?, primero conseguía un harem de extravagantes bellezas masculinas antes de que esa fría mujer cambiara su despiadado ser.Kikyo le miró con mala cara, ¿cual había sido el chiste?. Rodo sus filosos ojos restándole importancia, ella ya sabía que aquel era un demente, él y todos sus hermanos lo eran, pero este frente a ella era quien más le exasperaba. Estaba harta de su presencia, la de él y la de todos.
Lo que daría por largarse de una buena vez de ese lugar.
Pensó mientras miraba la ciudad que ya lejana brillaba con un intenso brillo propio de la noche...quería irse de ese lugar, si, era lo que más anhelaba pero debía ser paciente, debía esperar a que todo se acomodará a su favor.
Sonrió discretamente ante el pensamiento de que, en realidad, las cosas comenzaban a hacerlo y si las cosas seguían por buen rumbo como hasta ahora, no tendría que esperar demasiado.
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IMPOSTORA
Mystery / ThrillerKagome a caído en una trampa y encarcelada injustamente, ahora aprenderá de la vida tras las rejas mientras su abogado buscará liberarla...o eso supone. Kagome cayó en los chantajea de una temida criminal y sus cómplices quienes han secuestrado a su...