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Pesadillas

-Jimin... ¡Jimin! -Mis ojos se abrieron de golpe al sentir el líquido frío y rudo en mi cara.

- ¿Qué pasa? -Me incorporé en mis codos y toqué mi rostro mojado.- ¿Por qué me mojaste, Taehyung?

-Estabas gritando. -Susurró. Entonces me di cuenta de que todo estaba oscuro. En la habitación todos seguían dormidos en el suelo.

-Yo... tuve la pesadilla. -Negué con la cabeza y cerré los ojos.

-Eso lo sé, tonto. -Taehyung descruzó los brazos y se sentó al lado mío en el suelo. -Me preocupas.

-Estoy bien. -Sonreí pero la sonrisa no duró ahí ni un segundo.

-Los dos sabemos que no, Jimin. -La mano de mi amigo bajó a mi pierna, dándome un leve apretón. -Mañana cumples 18. Trataste de ocultárselo a Daehyun y YoungMi, pero a mí no puedes engañarme. Te conozco muy bien.

-Solo déjalo, Taehyung, -suspiré- no es que se pueda hacer algo al respecto. Sólo... sólo no se lo digas a ellos.

- ¿Y cuando tengas que partir? Sólo se los dirás así? -Yo suspiré de nuevo. No sabía qué hacer ni yo mismo.

-Ya acuéstate a dormir. Mañana tendremos entrenamiento temprano.

Taehyung se levantó pesadamente y se acostó en el suelo, tapándose con la sábana y yo hice lo mismo. Pero no cerré los ojos. No quería dormir. No quería tener la pesadilla.

-Jimin... -Me llamó la voz de Taehyung. -No quiero que te vayas.

Decidí no contestarle. Una lágrima silenciosa recorrió mi mejilla.

Yo tampoco quería irme. No quería dejar a Daehyun, a YoungMi y Taehyung, mi mejor amigo desde hace ocho años. Pero no había manera de que pudiéramos evitar esto.

Tanto ellos como yo estábamos condenados a temer el día en que cumpliéramos 18 años.

En este pequeño planeta, todo ser humano que tuviera "la marca" tenía la obligación por derecho de nacimiento a servirle a la comunidad en servicios especiales. Los cuales consistían en ser enviado a la Tierra al cumplir los 18 y luchar severamente por el restablecimiento de los humanos en su planeta hogar. Y por luchar quiero decir enfrentarse a animales mutantes y mortales, flora mutante y venenosa, y lo peor... Yakatis.

Aquella raza que un día hace mil años se apoderó de nuestro planeta, desalojándonos  de él y convirtiéndolo en una trampa mortal para los humanos. Sólo sobrevivió el 10% de la población humana de aquel año. 2020, si bien recuerdo. Ahora estábamos en el 3020 y los gobernantes querían el planeta de regreso. Por eso mandaban a los marcados a sacrificarse por la raza humana.

Pero hacia más de 100 años que llevaban individuos al planeta y no había ningún avance. En hecho, todos morían. Asesinados por un animal o por algún Yakati.

En la actualidad no había nadie que su vida ahí hubiera durado más de dos años.

Mañana cumplía 18. Mañana el gobierno me separaría de mis seres amados una vez más. Por eso tenía pesadillas. Y por eso decidí pasar en vela la noche, llorando en silencio contra mi almohada mientras me cernía el cuerpo de miedo.