Despedidas.

263 62 8
                                    

―Hey, siéntate aquí. ―Daehyun le dio unas palmadas a un asiento libre a su lado.

―Gracias. ―Comencé a comer mientras ponía atención a una plática que daba YoungMi.

―Sinceramente, no sé qué haré cuando Tae se se vaya a Tierra en cuatro meses. Probablemente lloraré hasta morir. ―Taehyung me miró. Y con los labios articuló "dile".

―Yo me iré en 10 meses. Y Dae en 12. Por lo menos lo tendré a él y a Jimin cuando Taehyung se vaya. Supongo que después de él sigue Jimin, debido a que nacieron el mismo año.

―Sólo diles. ―Dijo en voz alta Taehyung. Sus ojos azules se cristalizaron.

― ¿Por qué me interrumpes, Tae? ― Preguntó YoungMi.

― ¿Decirnos qué? ― Preguntó Daehyun.

― Diles. ―Recalcó Taehyung.

― No. ― Afirmé.

No quería que ellos sufrieran una despedida como la que yo sufrí con mi hermano mayor. Cuando fue enviado hace tres años.

Prefería guardarlo en secreto y evitarles el disgusto. Claro que todos sufriríamos eso. Desde que nacíamos marcados, era una vida de constante sufrimiento.

Desde el momento en el que cumplíamos 17 años, el gobierno mandaba a los jóvenes marcados al campo de entrenamiento. En el cual tenían que entrenarse hasta cumplir los dieciocho para llegar al planeta. Y aquí nos enseñaron de todo. Desde como matar hasta cómo curar heridas.

Pero para mí desventaja, yo era un inútil en todo eso. No importa cuánto lo intentara siempre era el peor del grupo. Un año aquí encerrado y no podía aún hacer una fogata. O dispararle en el corazón a alguien.

Es por eso que cada noche soñaba lo mismo. Un Yakati estrangulándome con sus fuertes brazos amarillos.

―Jimin, ―la voz de mi amigo me volvió a la realidad. ―Dinos.

Mis ojos se volvieron acuosos, miré mis manos apenado. ―Hoy fue mi último día en el fuerte.

― ¿¡Qué!? ―Las voces de mis amigos sonaron al mismo tiempo. Odié a Taehyung por hacerme decírselos.

―Pero... ¿Mañana es tu cumpleaños? ―Dijo con lágrimas en los ojos YoungMi.

― Sí.

― ¿Y no pensabas decírnoslo? ―Exclamó enfurecido Daehyun. Miré sus ojos marrones. Los cuales reflejaban dolor.

― Yo... no quería hacerlos sufrir con mi despedida. ―Susurré apenado.

― Jimin...

Un sollozo se escapó de mis labios. ―Escuchen, ¿sí? Sólo... olvídenlo. Olvídenme ya. Lo más probable es que no dure ahí ni una semana. ¡Soy un inútil! Acostúmbrense al hecho de que moriré. ―Corrí fuera de la sala.

Sólo quería morir ya. Sin tener que esperar.

*

―Feliz cumpleaños, Jimin.

―Mamá...― dije emocional. ―Luces triste.

―No pasa nada. ―Su mano ahuecó mi barbilla en un gesto cariñoso. ―Baja.

Ambos bajamos las escaleras y en la cocina estaba mi padre. Y en la mesa estaba un pastel casero. Mi padre miraba a un lugar perdido. Desde que mi hermano partió hace dos años, mi padre perdió la razón. Enfermando de depresión mayor. 

―Hola, papá.

―Jimin ― Su voz sonó como terciopelo. ― Hoy te vas, ¿cierto? 

Miré a mi madre, quien tenía ya lágrimas en los ojos.

. ⇢ marked ˎˊ˗ ꒰ ymDonde viven las historias. Descúbrelo ahora