3.- Miércoles

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~Casa de los López~

Eran las 8am cuando Santana se despertó por ruido de pisadas y voces.

-Vaya, hasta que despiertas, ya nos hemos duchado todas y recogido los tendidos- le dice una de las Cardinals.

-¿Se ducháron sin mi?- pregunta en burla y se pone la almohada en la cara para ignorar a las chicas y seguir durmiendo.

-¡Despierta! se nos hará tarde para volver a Louisville- le dice Elaine sacudiendo su hombro para que reaccionara.

-Espera, ¿Qué?- se levantó de golpe -es miércoles, no sábado- dice confundida la latina.

-Aguarda, ¿tu plan es tenernos aquí toda la semana? ¡¿Acaso estás loca?! Ya nos perdimos dos días de clases por ti, con hoy sería el tercero- se enoja una de las chicas -puede que tú dejaras la universidad hace un mes, pero nosotras tenemos un promedio que mantener para seguir en el equipo- dijo elevando la voz, fácil su madre pudo escuchar eso.

-¡Baja la maldita voz!- Respondió con su fastidio típico por las mañanas sumado el de estar casi al descubierto por su madre -he mencionado varias veces que sería la semana, ¿porqué les sorprende? Yo no me comprometí a llevarlas hoy- dice cortante. Tenía a las 4 reclamando al mismo tiempo elevando sus voces cada vez más para ser escuchadas, pero solo lograban que se escucharan menos.

-¡Cállense ya!- gritó tanto como su voz de recién levantada le permitió.

-¡Santana!, ¡¿Qué son esos gritos?! Por el amor de Dios, tu padre llegó cansado de su turno en el hospital- entra Maribel a regañarla.

-¡¿Porqué me regañas a mi?! ¡Fueron estas chachalacas!- dijo con tono indignado.

-¡¿Chachalacas?!- dijo una de las chicas confundidas.

-Olvídalo cariño- le dijo Maribel con tacto -¿Me podrían decir que es todo este escándalo?- preguntó con un tono más calmado.

-Lo que pasa es que nos dice que no nos llevará a Louisville ¡hasta el sábado!- dijo una de las chicas señalando a Santana -y no podemos perder más clases-  Maribel voltea hacia su hija a punto de soltar una reprimenda, pero la morena es más rápido.

- Primero, yo no me comprometí a regresarlas porque tengo un compromiso en Mckinley, segundo, no te preocupes por mis clases, a mi grupo le dieron la semana libre- dice quitándole importancia.

-¿Y  que hay de estás  chicas? Vineron  desde allá, perdiendo clases ñara ayudarte, ¿Cómo las ayudarás a volver?- le preguntó su madre, al ver el encogimiento de hombros desinteresado de su hija, rodó los ojos - tomen sus cosas niñas, las llevaré a la estación de autobuses- les avisa y a ellas no les queda otra opción, así que hacen lo que les indicó la madre de la latina.

-Oh, espera Elaine, aún te necesito- le susurra cuando la ve cerrando su mochila.

-¿Qué? Con lo de ayer tuvo la chica para creer que has seguido adelante, además tengo clases, y aquí no gano nada- le dijo esta.

-¿Ah si?, ¿Te suena de algún lado el nombre de Sue Sylvester?- le pregunta con voz tentadora. La chica hizo una cara de ilusión al escuchar ese nombre.

-¡Claro que sí! ¡Es la mejor coach de cheerios de América! Ah ganado mas campeonatos nacionales seguidos en la historia-

-Vaya, al parecer sí la conoces, pues resulta que te la puedo presentar, es coach en Mckinley, ¿Qué te parece tener el resto de la semana para ver sus entrenamientos y conocerla? Todo lo que debes hacer es acompañarme estos tres días al glee, y fuera de eso eres libre de ir tras Sue- la chica no se lo podía creer, aceptó de inmediato la propuesta.

Dancing on my ownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora