Capitulo 4

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Sus miradas se atraían casi como dos imanes, miraste hacia abajo posando la vista en sus labios, eran tan lindos, querías tocarlos, recorrerlos con los tuyos, tu mente regresó a la situación y como si de tu vida dependiera, colocaste tus manos en su pecho y lo alejaste de manera abrupta, y corriste para internarte en aquella isla desierta. La camisa ____ de aquella chica se perdió ante los ojos de Rodri, el joven llevó su mano a su cara para sacarse las gafas y tocarse el puente nasal.
-Despierta Rodri- se dijo así mismo el joven capitán- Es solo una cliente, no deberías de ponerte así por algo tan simple- murmuró mientras se sentaba a la orilla del muelle. Era verdad, había llevado antes a varias chicas, pero jamás tuvo contacto con ellas, era cierto que algunas se le insinuaban, pero nunca cedió ante tales cosas, por ser profesional y por no arruinar su negocio con su socio y amigo Tom. Miró sus manos y suavemente rozó con sus dedos la palma que había tocado la piel de esa chica, su mano aun sentía el toque de aquella suave piel, se percató de sus pensamientos y sacudió la cabeza, llevaba años sin tocar la piel de alguien ¿cuando fue la última vez que lo hizo? Ni siquiera podía recordarlo, entre tantos pensamientos el Capitán no prestó atención a su cuerpo, el cual había reaccionado ante tales situaciones que había creado en su cabeza, se levantó y sintió una presión en la entrepierna "genial" pensó.
-Rodri eres un maldito degenerado, poniéndote de esta manera por una chica más joven que tu- resopló. Tal vez ella tardaría, era su primera vez en una isla y esta era particularmente grande, así que sin más se introdujo al hidroavión y se sentó en la parte trasera junto a unas cajas de equipaje, tomó la hebilla de su cinturón y la soltó con cuidado, el sonido metálico de esta hizo que se sobresaltara un poco, pensando que podrías escucharlo, esperó un minuto y prosiguió a soltarse por completo el cinturón y bajar su cremallera, su ereccion sobresalía como una montaña en un prado llano, bajó su ropa interior, tomó su falo erecto y comenzó a masajearlo de arriba hacia abajo, sus mejillas enrojecieron, ¿ qué estaba pensando al hacerlo en un lugar como ese? En realidad, ni siquiera estaba pensando, una neblina de lujuria opacó su vista y su cordura, solamente pensaba en aquel toque y en como le gustaría recorrer más que solo tu espalda con sus manos, su respiración era cada vez más agitada, su miembro estaba en su límite, el recuerdo de tu reacción ante su tacto le llegó a la cabeza y acabó en el, recobró la cordura y su cara ardió de vergüenza al ver la escena, su pantalón negro estaba empapado por su esencia masculina, su mano con la que sostenía su miembro aún escurría, se levantó con cuidado de no manchar nada y tomó unas toallas de papel que llevaba en el asiento del piloto, con mucho cuidado limpió su ropa y sus manos, lo hacía muy fuerte, como si quisiera borrar tan desvergonzado acto de su mente, cuando todo quedó como antes salió a tomar aire, prendió un cigarrillo y se sentó a la orilla del muelle, tratando de pensar en otra cosa.
Habías recolectado una buena cantidad de flores y minerales en aquella isla, así que te disponías a regresar al muelle para regresar a casa, caminaste unos cuantos metros sin ningún inconveniente, pero cuando posaste tu pie sobre una maleza sentiste un ardor inmenso, tus oídos comenzaron a zumbar, y tu estómago se revolvió, comenzaste a sudar de una manera anormal y tu vista se ponía blanca, no percibiste en qué momento caíste al suelo, solo comenzaste a escuchar una agradable voz, no entendías lo que decía, así que te limitaste a disfrutar de aquel agradable cosquilleo que producía esa voz en tu cuerpo, poco a poco la oscuridad se iluminaba, una figura de hombros anchos se encontraba encima tuyo, no sabias quien era, intentabas enfocar con la vista pero resultaba inútil, poco a poco la voz comenzó a escucharse más fuerte "Despierta por favor" espetó la voz, todo comenzaba a ponerse más claro, ahora distinguías al joven capitán encima tuyo, su expresión angustiada te causó un gran dolor, parpadeaste tres veces y la mirada del joven se alivió un poco.
-Dios mío, pensé que te había perdido- suspiró aliviado el joven.
Cuando se percató de lo que dijo sus mejillas se ruborizaron y miró hacia otro lado.
-Quiero decir, Tom me hubiera matado si te pasaba algo- dijo aquello después de un ligero carraspeo, por algún motivo esa declaración te punzó el corazón como una espina de rosa que se encaja en lo más profundo de tu piel.
-¿puedes caminar?- preguntó Rodri preocupado, era lindo verlo así, pero tu orgullo no te permitía ser suave en momentos como esos, así que asentiste con la cabeza y te incorporaste, diste dos pasos y tus piernas dejaron de responder, tu cuerpo no tocó el suelo, porque las fuertes manos del capitán tomaron tu espalda y como si de una muñeca de trapo se tratara, él te tomó en brazos, una mano sostenía tu espalda y la otra tus piernas, una tarea fácil para un hombre con esos brazos tan fornidos, la luz de la luna te permitía ver sus mejillas levemente sonrojadas, por instinto miraste a otra parte, mientras el joven te llevaba en brazos al hidroavión, el regreso fue silencioso, nadie se dirigía la palabra, ambos lucían apenados, llegaron a _____ y te ayudó a bajar tus flores, luego se despidió de ti muy formal y se fue al muelle a fumar, era la primera vez que lo veías tan serio, tomaste tus cosas y regresaste a casa, esa noche Morfeo tampoco llamó a tu puerta.

Hola aquí PaceRenji, espero estén disfrutando de la historia, si es así por favor háganmelo saber con un voto o un comentario, gracias por leer, nos vemos en el próximo capítulo.

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