Capítulo 6

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La luna estaba en su punto más alto, mirando una escena digna de una novela de drama y amor.

-¿Tú que Rodri? - inquiriste algo apenada mientras te limpiabas una lágrima traviesa que recorría tu mejilla.

El joven solamente te miró unos segundos.

-Descansa- dijo dándose media vuelta y caminando hacia el aeródromo.

Miraste como el chico se alejaba para internarse a las oficinas del aeródromo. Estabas estupefacta, ¿qué había sido eso? tu corazón latía desbocado, tus ojos se llenaron de lagrimas sin motivo aparente, sola, aún de pie, con tus manos contra tu pecho, como tratando de evitar que tu corazón escapara de tu interior, las lagrimas comenzaron a recorrer tus mejillas, una debilidad espontánea recorrió tu cuerpo, tus piernas flaquearon y caíste sobre tus rodillas al césped lleno de rocío de media noche, una punzada en el pecho se hizo presente, como una espina de rosa que se incrusta por sorpresa en tu piel, apretaste tus manos sobre tu pecho, ¿porqué dolía? ¿porqué esperabas otra respuesta de su parte? respiraste hondo, era una escena patética, con una mano secaste tus lagrimas y te incorporaste con algo de dificultad, cuando te pusiste de pie, pudiste ver como la curita que el chico te dió se despegaba de tu piel, te agachaste para tomarla, la miraste unos segundos, una tristeza inmensa llenó tu corazón, ahí, en medio de la noche, lloraste de manera descontrolada sosteniendo esa curita, como si de un pajarito moribundo se tratase.

En el aeródromo otra alma adolorida se lamentaba en su cuarto, Rodri miraba el techo mientras recordaba esa escena, dejó parada sola a esa chica en medio del frio y la oscuridad

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En el aeródromo otra alma adolorida se lamentaba en su cuarto, Rodri miraba el techo mientras recordaba esa escena, dejó parada sola a esa chica en medio del frio y la oscuridad.

-Vaya Rodri, eres un estúpido cobarde- se lamentó el chico llevando sus dedos al puente de su nariz.

No entendía porqué había huido de esa manera, su estomago se sentía raro, unas cosquillas algo incomodas recorrían su piel cada que pensaba en aquella chica, se levantó de su cama y bajó al baño, se sacó la camisa y se disponía a cepillar sus dientes, cuando notó una marca algo roja en su brazo, era la marca de aquella chica, Mayra, al parecer se había sostenido muy fuerte de su brazo, en ese momento recordó como se había puesto____ al verlo con ella ¿estaba celosa? ¿acaso ella sentía lo mismo que él? pero, ¿qué era lo que él sentía? ¿amor? no, era muy pronto, tal vez solo le parecía linda.

-¿En qué piensas hermano?-habló un peliazul que reposaba en el marco de la puerta.

-Sé que eres menor que yo, pero, ¿alguna vez has estado enamorado hermanito?- inquirió el mayor.

-P-pero que cosas dices Rodri...- respondió el mas joven muy apenado.

-¿que se supone que debo sentir cuando esté enamorado?-

-Bueno, supongo que querrás cuidar de esa persona, te preocuparías por lo que haga, pensarías que es la personas más hermosa que haz visto, y, conociéndote, seguro te pondrías celoso por cosas simples, ¿porqué preguntas? acaso estás...- habló sorprendido el joven.

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