Soy Henry. Cuando acabo mi jornada de patearme unas cuantas calles repartiendo correo -que aún existe y con buena salud -. vuelvo a casa y me tomo una cerveza - ahora no es posible hacerlo en un bar- . Una ducha reparadora. Otra cerveza y me conecto a internet. Todo está más o menos tranquilo, dentro de lo que puede estar tranquilo este hormiguero de deseos, palabras, frustraciones, risas ..., y aparece una tal Lucida con ganas de contarle a alguien sus recientes penalidades amorosas. Yo, un hombre atento y tranquilo, leo sus penas y desdichas de hace nada de la mano firme de su pareja de hace años, que cortó de forma súbita y, parece, un tanto agresiva con ella. Es una atractiva mujer que no escucha en absoluto nada de lo que le digo. Ella va a lo suyo.
Congeniamos algo dentro de lo que cabe. Y en una noche solitaria y en la celeste oscuridad aparecen palabras un tanto cariñosas. Aparecen fotos que muestran un cuerpo muy apetecible y los hombres ahí llegamos y empieza nuestro descontrol. Ella se acomoda sin problemas a la situación que sube de temperatura y me envía unas apetecibles imágenes en las que, con un bronceado impecable , se muestra semi desnuda comentándome que esas braguitas negras de encaje son sus preferidas; sus pechos tersos, sus pezones al descubierto. Posturas y sonrisas alejadas de las sesiones fotográficas de un convento de monjas. Me explica como suele masturbarse. Mi miembro querría sus finas manos y su boca melosa manos en él, pero qué le vamos a hacer. Se instala el movimiento acelerado propio de la Naturaleza...
Intercambiamos alguna canción, algún me gusta. Otro encuentro agitado. Y por la mañana busco a ver si por casualidad exhibe unas palabras más tiernas. Ahí estan: " ¿Cómo te llamas realmente ? Eres un mentiroso, un pajero (!) y ... ¡¡ Un psicópata!! Acompaña esta disquisición intelectual con la foto de ella y su ex - hay reconciliación por lo visto -abrazados y con esta sentencia lapidaria: ¡¡Este ha sido y es mi hombre, y lo será siempre!!
¿Henry, aquí qué pasa? Hablo en 3ª persona conmigo mismo que es lo peor que le puedo pasar a un ser humano.
Concluyo que los efectos de la pandemia y el confinamiento ya están aquí... para quedarse.
(LAfrontera : Anécdotas de la vida .- Amazon)
- Imagen en la Red.
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Anécdotas de la vida
Short StoryHistorias sobre el Amor, el placer, las dudas ... como la vida misma.