Tailandia 1996
La lluvia era traicionera en esa noche desvelada, en esa noche manchada, llena de dolor y de aire oscuro. Correr era su opción, parar, era morir ahí mismo. Su rostro era pálido, estaba lleno de lagrimas secas que salieron con delirio de sus ojos cansados, su corazón hermoso iba apretado dentro de su pecho, sus pies sangraban bajo las rocas filosas del camino, su vestido largo de seda rasgado por las espinas de la sarsa maldita y en sus brazos débiles su hermoso hijo recién nacido.
Era tan hermoso como un diamante, brillaba como una estrella del cielo en esos entonces, era como un ángel, lo era pero, para las demás era un error.
Los ángeles blancos con los ángeles negros, jamás deben mezclarse hay un muro entre esos dos mundos todo es guerra si la traición es presente y las reglas son rompidas. Ella solo tenia 19 años cuando su amor puro se mezclo con un amor prohibido, se escondieron de los demás, del mundo entero, quizás y su amor vivió por un tiempo y con el, el bello muchacho que llora bajo entre su brazos delgados.
Su corazón estaba roto, dañado. Su amor se quedo en la lucha mientras ella escapaba de las garras con su criatura que recién había nacido. Sabía que nada iba resultar, que tal vez algún día todos se darían cuenta del error que cometieron esos dos ángeles enamorados y nada ni nadie, podría salvarlos.
Su respiración se agotaba pero, siguió porque salvaría a lo único que le quedaba de su hermoso amor y aunque todos quisieran lo contrario ella, lo haría de todas formas.
Vio la cabaña al fondo del bosque no sentía los gritos detrás de ella y corrió hacia allá mirando insegura a todos lados, viendo la oscuridad entre los árboles y la cabaña de madera con un simple farol que alumbraba apenas afuera. Toco, toco miles de veces la puerta vieja, nadie salía y juraría que todo se acabaría ahí pero, sus ojos aguados brillaron cuando una joven abrió la puerta y la adentro con deprisa.
En su mano llevaba una vela opaca mientras el lugar estaba oscuro y la única fuente de luz era la vela que se derretía por el calor. La miro con melancolía y esa bella muchacha la brazo fuerte, mientras ella escondía sus lagrimas en el hombro en su fiel amiga, sabía lo que pasaría luego y como todo iba quedarse ahí. El hermoso niño, estaba dormido y un aura color dorado mezclado con tiniebla lo envolvía, era su ser lo que lo estaba corrompiendo lo que es y lo que será durante su vida.
- Deben irse..deben ocultarse. - hablo ella mientras las lagrimas adoloridas se mezclaban en su voz.
- ¿Qué pasara c-contigo?. - tomo el niño en sus brazos mientras lo escondía con una manta.
Su ojos se volvieron dorados de repente y un aura hermoso la envolvió, lagrimas caían y se esfumaban en el aire de repente. Con delicadeza acaricio la mejilla de su bebe y la tristeza la invadió, hubiera deseado continuar la vida con el y con su amor que ya, no volvería. Le dolió el corazón ver a su hijo en brazos de su amiga que era como su hermana pero, le dolía el doble dejarlo ahí con ella mientras, tenia que ir a correr a otro lado o su olor lo encontrarían y todo acabaría.
- Iré al tramo, me seguirán allá y acabaré con esto. - bajo su cabeza mientras su manos tiritaban.
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Peccatum - Taeten
FanfictionLa historia no debe repetirse, la promesa no puede romperse y el pecado, puede cumplirse. [Taeten - imaginación propia] No adaptaciones 💫🏁