La mente en blanco y palpitaciones contínuas, la respiración entraba y salía con tranquilidad. Mi cuerpo estaba entumecido en una sola posición, bajo en mi desnuda espalda, podía sentir un frío líquido chocando contra mi piel erizándola en el acto.
- Es hora de que su letargo termine...
Una voz replicó en mi mente aquello, obligándome con algo de fatiga de abrir mis ojos encontrándome con una luz cegadora azulada, símbolos extraños estaban bajo una piedra, mientras poco a poco el agua iba descendiendo dejándome en una liza roca.
Comencé a flexionar mis dedos, mis músculos estaban en una sola posición, parecían que años habían pasado entre mí, pero aquello no me impidió en levantarme detallando mi alrededor.
Me fijé que había otro cámara idéntica a la que yo reposaba, me acerqué con cautela, me exalte al darme cuenta que había y me giré con cierto sonrojo en mis mejillas.
Alcancé a ver a una joven de cabello lacio y rubio que de a poco iba abriendo sus párpados, pero lo peor del caso, es que tampoco llevaba ropa puesta, estaba igual que yo con dos piezas cubriendo su pálido cuerpo.
La dama se levantó y con su extensa cabellera cubría su cuerpo completamente. Traté de evitar mirarla hasta que encontráramos algo de ropa con qué cubrirnos.
Una voz me indicó la presencia de un artefacto en una parte de la enorme habitación en dónde estábamos. Tomé en un costado una tableta, decía que debería seguir sus instrucciones e ir en búsqueda del exterior.
La chica la cual detallé de a poco, tenía unos grandes ojos esmeraldas, me seguía como mi sombra, en ningún momento se separó de mí. Varias veces ella chocó contra mi espalda y sus mejillas se encendían a tal rojo vivo.
Encontré ropa con la cual cubrirnos, tomé unos pantalones viejos y desgastados, al igual que una camisa que no ayudaría en nada si de frío se tratase.
A la chica, le encontré un enorme camisón que cubrió hasta la mitad de sus piernas. Sus pies se veían tan delicados al igual que el resto de su cuerpo, mantenía su mirada cabizbaja y sin siquiera mirarme fijamente.
Deberíamos andar sin algo cubriendo nuestros pies, lamento que deba ir así, pero no siquiera sé en dónde estamos.
De pronto paramos a mitad, el piso comenzó a moverse de un lado a otro mientras el exterior abría paso bajo nuestra vista.
Fui el primero en salir con paso apresurado, observé mi alrededor y la brisa chocó contra mi rostro impidiendo que pueda tener un mejor panorama. Sentir la cosa verde bajo las plantas de mis pies, se sintió gratificante, era un contacto suave y algo carecido.
La maleza nos rodeaba en un sin fin de caminos, la vista era algo nula y a lo lejos se visualizaba montañas y más maleza que cruzar.
Giré mis talones, miré hacia atrás buscando a la dama que desde desperté seguía mis pasos.
Ella se escondía tímidamente bajo la sombra de la cámara, me observaba fijamente a cada acción que hacía.
Alcé mi brazo haciendo una seña de que se acercará hasta dónde estaba.
Ella se negó y retrocedió sus pasos nuevamente, adentrándose más a la cámara.
Dejé que mis pies me guiaran hasta ella casi por inercia, ella retrocedió más sus pasos y cruzaba sus brazos sobre su cuerpo. Parecía alguien débil e indefenso.
- Oye... sé que tienes miedo...pero estaré junto a ti pase lo que pase, ¿De acuerdo? - Dije casi en susurro.
Estiré mi mano ofreciendola hacia la joven rubia, con temor la tomó sintiendo la calidez que nuestros cuerpos proporcionaban.
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Deja Vü - [@Miauchis] [@FabyVece]
FanfictionEl cataclismo se estaba adueñando de todo a su alrededor, ya no existía esperanza. Héroe y Sacerdotisa calleron, todo estaba arruinado. Pero gracias las diosas doradas les dieron una segunda oportunidad a Hyrule reteniendo a Ganon durante 100 años;...