Capítulo 4: "El Santuario Al Lado De La Torre"

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Descendimos de la torre con rapidez, llegando así a tocar tierra firme y comenzar el recorrido que el anciano nos había indicado. Comenzamos a tomar una caminata bastante alargada, siguiendo los pasos del mismo, se apoyaba débilmente de su bastón y seguía por los senderos con agilidad.

Me sorprendió la capacidad con la que caminaba, me dio la impresión de que conocía aquél mapa como si hubiera estado años por debajo de esta densa capa de árboles. Iba sin titubear, decidido en la ruta exacta.

Ahora en mí, se había formado una ligera incógnita, de conocer exactamente el paradero del anciano, o lo que realmente estaba buscando. ¿Por qué nosotros?

Con estas preguntas atormentando mi poca paz, presioné fuertemente el artefacto entre mis manos, lo observé mientras me dejaba llevar sin ver al frente. Lo detallé e indagué sin conocer su verdadera función, o al menos ¿Para qué lo necesitaba? ¿Qué era esa enorme torre que emergió de la nada? ¿Qué hay en nuestras manos y no sabemos qué hacer?

Mi mente se marcomía de preguntas que aún no contaban con respuestas, y eso hacía que me frustrara de alguna manera.

Inflé mis mejillas en aire y dejé caer uno de mis brazos mientras sostenía el artefacto.

—Llegamos. —Dice el anciano después de un rato.

Giré buscando al chico que seguía con un rostro inexpresivo, me seguía a mis espaldas cosa que me hizo sentir un poco extraña, y tampoco llegó a cruzar palabra conmigo después de esa plática en la torre.

Lo había notado muy tenso y con sus manos vueltas en puños, sus cejas estaban enmarcadas y dejaba su expresión seria.

— ¿Estás bien? —Pregunté expectante. —No pude evitar preguntar, te ves consternado. —Comento, al ver el estado del muchacho.

—No hay ningún problema. - Dijo y se colocó a mi costado. —¿Por qué debería estar, cómo dices tú? — Expresó mirándome con una ceja enarcada.

—Ya veo que no hay ningún problema. —Respondo con desdén, resignándome, de que hablar con el muchacho, es cosa difícil.

Bufé para continuar caminando hasta la dirección del anciano.

La estructura de lo que parecía ser el santuario, era realmente extraña, comparada con lo que es la torre. Tenía diversas líneas como formando patrones o símbolos, completamente idénticos al de la torre y de la cámara de dónde salimos. Sólo que estos, tenían un color naranja brillante, muy llamativo para ser exactos. Me acerqué más para poder observarlo y el joven también imitó mi acción.

—¿Cómo podremos entrar? —Pregunté, giré buscando al anciano. El rubio también hizo lo mismo.

—En sus manos está la llave, pero sólo debe entrar uno. —Espetó, oaq así formar una sonrisa. —Los dejaré solos.

El anciano se fue más en dirección a un pequeño lago que queda justo en frente.

El muchacho me observó con intriga, como esperando a que yo hablase y pudiera dar el siguiente paso. "La llave está en sus manos", volví a repetir en mi cabeza, espontáneamente fijé mi vista en la piedra, para darme cuenta que un pedazo del santuario sobre salía, completamente parecida como el que está en la cámara, con una pequeña abertura del mismo tamaño que el del artefacto.

—¿Crees qué sea esto? —Le pregunté al joven, extendiéndole la piedra.

Éste, inmediatamente captó mi mensaje y la tomó. Se acercó a la abertura del santuario, ubicó el artefacto y en cuestión de segundos, una puerta se abrió de la nada.

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⏰ Última actualización: Dec 15, 2020 ⏰

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Deja Vü - [@Miauchis] [@FabyVece] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora