2. Banquete en el Sunny 🍖🍻

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-Ara.. ¿y si te gusta lo que ves?- inquirió la arqueóloga de forma sugerente.

-Robin!!- nuevamente le dio un manotazo en el brazo riendo cual adolescente.

-¿De qué tanto se ríen, eh? suena como a algo divertido- escucharon la voz del tirador mientras se les acercaba sonriendo con una bebida en cada mano.

-Usopp!!!!- gritó con alegría la navegante -Ven, siéntate con nosotras- le invitó mientras daba palmaditas en un cojín a su lado.

El moreno se unió a la que creía era la conversación de las chicas, pero claramente ellas fueron astutas y desviaron el tema a uno neutral para evitar sospechas.

-Justo estábamos pensado que sería bueno ir a buscar más bebidas, muchas gracias señor Nariz-larga- le agradeció Robin mientras recibía uno de los jarrones con una sonrisa.

-Neee Usopp, ¿quieres compartir conmigo esta cerveza? Sólo queda esta e imagino que también tienes sed- le dijo de forma coqueta colgándose de su brazo.

-No hay problema- dijo rascándose la nariz con esa expresión alegre típica suya.

El moreno sabía mejor que nadie que la navegante solía ponerse así cuando quería obtener algo de un hombre o cuando bebía. No era algo que le molestase, después de todo, eran muy cercanos y tenían mucha confianza hasta el extremo de no incomodarse con la cercanía del otro. Por eso era común verlos pasar tiempo juntos, abrazarse cuando les invadía el miedo antes de una batalla y hasta dormir la siesta en la cubierta frente a todos mientras se apoyaban en el hombro del otro sin que nadie sospechara que había algo más que una buena amistad entre ellos.

La mejor parte de todo, era ver la cara de enfado de Sanji cuando la veía comportarse así con el sniper del barco y no con él. 

El rubio siempre intentaba sentarse a su lado para lograr captar su atención y pillarla con la guardia baja cuando esto ocurría. Siempre pensó que debido al alcohol, podría lograr algo con ella, pero Nami cada vez lo ignoraba provocando las lágrimas en el cocinero. Era como si ella tuviera un radar interno para evadir pervertidos que ni siquiera el alcohol podía destruir, pero él no se daría por vencido así de fácil, ¡oooh no!. Un caballero nunca renunciaría a su damisela por mucha competencia que existiera.

-Naaaaami-swaaaaaan!- corrió emanando corazones hasta ella -Te traje otra bebida- le sonrió mientras le acercaba una bandeja -así no tienes que compartir la tuya con este idiota- lanzó una mirada asesina con un aura negra a Usopp que sólo reía burlonamente al observarlo tan celoso. 

//*AN: Vean una foto que les dejé en los comentarios al final , creo que grafica a la perfección esta parte jajaja*//

-Gracias Sanji- le dijo mientras recibía la bebida y la dejaba sobre la mesa. Luego de eso, volvió a dirigir toda su atención al moreno.

-Neeee Usopp- se volvió a colgar de su brazo -No olvides que mañana prometiste ayudarme con la fumigación de mis mikans.

La escena provocó que el kuroashi cayera derrotado sobre sus rodillas al ser rechazado nuevamente. Nami-san era su hermosa navegante, ¿por qué tenía que ser tan fría y distante con él, y tan cariñosa y cercana con ese estúpido narizotas? El mundo definitivamente no era un lugar justo donde vivir.

-Sanji, carne!!!- exigió el mugiwara desde el otro lado de la habitación levantando ambos brazos para llamar su atención -shishishi.

-Hai, hai..- reprendió resignado y se encaminó a la cocina con una nube depresiva sobre los hombros.

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Apuestas que despiertan deseosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora