Hay...

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Mi editor del periódico universitario me enseñó una de las lecciones más importantes a nivel de literatura que he recibido alguna vez:

"Sólo hay dos tipos de personas. Quiénes pueden contar y quiénes no."

Tal vez pueda sonar radical, pero no deja de ser cierto. No todos los seres humanos tienen la capacidad para narrar una historia de forma continúa y, quienes no pueden hacerlo, no deben forzarse a ello. En cambio, tienen algo que a la mayoría de escritores les falta: disciplina.

La disciplina de aprender las reglas gramaticales, de entender de redacción y de corrección de estilo. La disciplina que el escritor no tiene porque está más concentrado en "vomitar" las palabras como para fijarse de buenas a primeras en los detalles, en lo que debe ser corregido para tener una historia más pulcra.

Por supuesto, un escritor puede disciplinarse, corregirse... pero sólo después de leerse, después de que ya soltó todo lo que debía decir. En cambio, quien no escribe lo hace sobre la marcha, ojos entrenados para encontrar el error.

¿Es curioso no? Como hay personas que podemos contar, dejar fluir lo que sea, pero a veces lo hacemos tan pasional que nos olvidamos de aterrizar y entonces esas otras personas están listas en la pista de aterrizaje, esperando para hacer magia. 

Ustedes, ¿qué tipo son? 

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