Capítulo 13

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Pasaron los meses después de su operación, finalmente Taiga y Daiki se mudaron juntos a otro departamento, y el moreno puso su antigua casa en venta, ya no era necesario conservarla de todos modos, con el dinero que obtuvieran podrían comprar una nueva, y dejar atras todos los desagradables momentos que habian vivido estando en ella. 


Cuando se recupero por completo, el pelirrojo retomo su trabajo, siendo de gran ayuda para el reincorporarse, pues su trabajo le apasionaba bastante, y su regreso tenía bastante felices a sus compañeros, que se preocupaban sinceramente por el y lo impulsaron a buscar ayuda psicológica junto con Daiki, quien insistió bastante en el tema. De momento seguía yendo a terapia, y había notado un pequeño avance. El moreno en todo momento lo apoyaba y acompañaba, procurando su salud.


Ambos habían estado sometidos  a mucho estrés, y Taiga pensaba que se merecían un descanso de tanto caos, con la mudanza, la terapia y su reincorporación al trabajo tenían las manos llenas, por lo que le propuso a su pareja un pequeño viaje a la playa.  Aomine parecía algo preocupado por el, pero al verlo tan feliz con la idea, no dudo en preparar todo para viajar aunque sea un fin de semana del mes. 


Cuando sus días libres coincidieron fue que acordaron la fecha del viaje. Seria agradable hacer algo fuera de la rutina de ir y venir del trabajo, y creía que les serviría a ellos como pareja, pues habían iniciado bastante mal su relación. Ambos estaban dispuestos a que funcionara, en especial Aomine, pues ya habia decidido que queria pasar el resto de su vida con Kagami, realmente lo hacia muy feliz el tenerlo a su lado. 


Taiga empezó a empacar la ropa que llevaría al viaje, con una sonrisa animada en el rostro. Daiki lo miro desde el otro extremo de la habitación, con los ojos cargados de ternura. Se acercó lentamente hacia donde estaba su novio y lo abrazó, interrumpiendo sus labores. 


—Hey, suéltame, ¡estorbas!


—No quiero.


—¡Anda, ya!—El moreno se aferro con fuerza a el, Taiga solo pudo reirse, al ver lo infantil que se comportaba— Cielos, no tienes remedio.


—...


—¿Qué pasa?—Ante el largo silencio del moreno, el pelirrojo intento moverse para mirar de frente al hombre, pero este se lo impidio, apretandolo un poco más de la cintura. 


—Te amo Taiga—Se quedaron un rato así, con el apretandolo con cierta suavidad, mientras escuchaba su calmada respiración. El pelirrojo llevo una de sus manos al cabello de su pareja, y acarició las hebras con sutileza, mientras una sonrisa sincera se extendía por su rostro. 


—Yo también, Ahomine.




...




Una vez tuvieron todo listo, partieron con rumbo a la playa, acompañados por su fiel can, que iba realmente calmado en su jaula transportadora. El viaje estaba siendo realmente placentero, pues habían hecho alguna que otra parada para ir a cenar o incluso a tomarse fotos en el paisaje. Daiki, quien iba manejando, miro de reojo a su novio, quien llevaba una camiseta holgada de manga corta, que dejaba ver sus bonitas claviculas. El pelirrojo volteaba distraido hacía la ventana, mientras cantaba con emocion la letra de una canción que pasaban por la radio. 

Petición inesperadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora