PARTE II

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"Creo que estoy muerto pero no lo sé, no era lo que había imaginado, no siento los ojos pero puedo ver, no distingo la risa del llanto..."

Decía una de mis canciones preferidas. La música fue siempre la mejor aliada para momentos de tristeza, donde reina la soledad, ella nunca te juzgará ni te lastimará sino que te calmará y te llevará a volar como lo hacen los bellos cuervos. 

A través de un televisor había descubierto que mi cuerpo poseía el Ébola. Aparte ese mismo día me visitaría el presidente de la nación y decidirían si realmente debería hacer el viaje a los Estados Unidos.

Viajar a norte américa siempre fue un sueño para mí, un proyecto por cumplir, no me gustaba en absoluto tener que viajar únicamente por un tratamiento y en terapia intensiva. Era una situación extraña y dolorosa, mi alma se sentía así. Extrañaba demasiado a mis padres, mis amigos y mi hermana Lara, me hacían mucha falta.

Empecé a odiar repentinamente mi cuerpo por no reaccionar a un simple movimiento de mano. Del mismo modo que la encendió, la apagó. Sin pelos en la lengua y entre risas:

     —Pibe vos no llegas ni a la triple frontera, te quedan días o tal vez horas de vida... El presidente viene hasta acá para hacer política no por vos.

¡HIJO DE PUT4! Exclamaba lo más profundo de mi ser, no obstante, no pude decírselo y eso me generaba impotencia aunque no se notaba para nada.

Mi mente tenía en claro una cosa, una esperanza de la cual aferrarse: la llegada del presidente. Él iba a estar de acuerdo en que realicé ese viaje para un mejor tratamiento y que toda la pesadilla por la que pasaba se terminará de una vez. Aunque ahí fue donde comenzó todo. El miserable que se había burlado de mí, me inyectó algo al suero, ya que regresé al precioso sueño en el que estaba...

                                                               ***

Había pasado mucho tiempo de aquel pinchazo, pues tuve el control de mi mente, nuevamente pude escuchar lo que sucedía a mi alrededor.

Sabía por el barbullo de voces, había más de una persona presente; una voz gruesa y fuerte estaba al mando, reconocí rápidamente esas palabras, era la del Presidente. Estaba allí conmigo, las esperanzas de salir de aquel apestoso lugar donde me encontraba, florecieron a flor de piel.

     —Señor Presidente, el paciente está en estado de coma hace tres días. Los últimos estudios médicos que se le realizaron demostraron una leve mejoría en su sistema neurológico —remata uno de los médicos. Hizo una leve pausa, tosió—. Las hemorragias internas y externas las pudimos controlar.

Sin embargo no pudo seguir hablando de los estudios médicos ya que el Presidente lo había interrumpido.

     —Esa leve mejoría en su sistema neurológico no da indicios de nada, el paciente sigue teniendo Ébola y mientras lo tenga, es una amenaza para los millones de habitantes de la República Argentina —decía en tono autoritario. Se escuchaba de cerca su voz—. Doctor Domínguez, contésteme una cosa, ¿usted tiene idea del pánico que hay en las calles?... En Córdoba, Santa Fe, Mendoza y gran parte de Buenos Aires comenzaron los saqueos.

Homicidio CulposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora