Capítulo 8: Locura en el centro comercial

55 3 2
                                    

Capítulo 8: Locura en el centro comercial

- Carolina, un chico llamado Hugo pregunta por ti. - dijo mi madre.

Habíamos quedado para ir al centro comercial para almorzar y hacer alguna que otra compra. Quería que me ayudase con la ropa para la fiesta que habíamos organizado. Quedaban ya pocos días de vacaciones y queríamos disfrutarlos lo máximo posible. Hugo tenía muy buen gusto con respecto a la ropa y estaría bien que me ayudase, aunque sabía que se iba a aburrir.

- Voy mamá. - dije alegremente.

Hugo y yo estábamos saliendo desde hace ya dos meses. Y la verdad es que habían sido dos meses muy duros, sobretodo para él. Intento animarlo siempre que puedo con el tema de Lucía pero es complicado que en tan poco tiempo siga sin sentirse culpable. Aquella chica... había significado mucho para él. Había acabado con la vida de ella, pero también acabó con la suya propia. No salir, no relacionarse, ser observado por la gente, dejar a los que más quería... y solo para empezar con su vida desde cero. Y entonces me conoció y todo cambió. Según me había dicho, hasta que no me conoció, no tenía razones para vivir.

- Ya estoy, ¿vamos? - cogí las llaves de la moto y el casco. Hugo ya lo llevaba en la mano.

- ¿Puedo conducir? - me dijo de improvisto.

- ¿Cuántas veces me lo vas a preguntar? Ya te dije que no, y no creo que sea muy conveniente que la cojas después de tantos meses sin utilizarla. - dije seriamente. No es que no me fiase de él... solo que no me parecía el día más adecuado para coger la moto. - Hugo creo que es mejor que vuelvas a dar clases, para volver a conducir. Hazme caso por una vez aunque sea.

Él aceptó con un gesto de cabeza y se colocó el casco.

El trayecto hasta el centro comercial fue frío. Ninguno de los dos mencionamos ni una misera palabra. Tampoco yo me atrevía a decir nada. No sabía en qué estaría pensando, si es que su mente no vagaba por cualquier otro mundo inexistente para el resto del mundo. Pensaba que ese día sería maravilloso, pero todo se puede torcer en un abrir y cerrar de ojos.

- Parece que todo el mundo ha pensado igual que nosotros. - me atreví a decir.

- Sí, hay mucha gente. - se limitó a decir. Otra vez igual. Sé que no debería de haberle dicho lo de la moto de esa manera pero, no quería que ocurriese nada de lo que después pudiésemos lamentarnos.

- Hugo, por favor, no empieces. Te entiendo, es difícil por lo que estás pasando, pero tienes que saber que no quiero que ocurra nada preocupante. Intenta entenderme, al igual que yo lo intento contigo. Te quiero Hugo, te quiero, y no estaría dispuesta a perderte. - y llorando me abracé fuertemente a él.

Le quería, lo había admitido, le quería más de lo que nadie pudiese quererle. Seguramente no teníamos muchas cosas en común, pero nunca antes había sentido tanto dolor y tanto cariño hacia nadie. No estaría dispuesta a que le pasase nada, y tampoco iba a callarme y no contarle lo que pensaba.

Sus brazos me rodearon fuertemente y acarició mi espalda tranquilamente. Éramos el centro de atención del parking. Los coches que pasaban se fijaban en nosotros y las personas cuchicheaban mientras nos miraban de arriba abajo. Pero no nos importaba. En ese instante solo existíamos nosotros dos.

- Carolina, lo entiendo perfectamente. La culpa ha sido mía, debería no haber dicho nada sobre la moto. Te lo pregunté muchas veces, y en todas me dijistes que no. Debería de haberme dado cuenta. Era evidente. Pero soy estúpido, siempre pienso en mí antes que en los demás. No sé cómo aún permaneces a mi lado. - su voz se quebró en las últimas palabras y su mirada se perdió en el horizonte. Un pequeña sonrisa se me dibujó en la cara.

Todo empezó antes de lo que pensabas...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora