Es el amor que pasa

C A P Ì T U L O I

"Tu nombre es como una canción, mi favorita".

NICOLE HAMILTON

Llegaste despeinándome los días y haciendo música con mi cuerpo o no sé qué carajos haya sido el ruido aquel que se desprendió de mi pecho cuando te vi, pero mi corazón latía a un ritmo tan alocado que bien podría jurar que era Rock & Roll porque sonaba tan bonito que decidí llamarlo canción y ponerle tu nombre.

Hace ya un tiempo que irrumpiste en mi vida y la transformaste de una forma que jamás hubiera imaginado. Nunca antes había sentido esta intensidad de amor, esta locura que me hace necesitarte como a nadie. Te adueñaste de mis pensamientos sin siquiera tú saberlo, estoy en el punto de no poder controlar lo que siento; y es que no tuviste que hacer nada, simplemente sonreír.

Sueño con poder tocarte, tener la dicha de beber de tus labios, de poder abrazarte y sentir la suavidad de tu piel y aspirar el delicioso aroma que dejas impregnado en cualquier lugar en donde estés.

Empecé a mirarte como jamás mire a otra persona. Tienes tantas cosas a tu favor que te hacen perfecta; aquella mirada que hace que me pierda en ella, esa sonrisa tuya tan deslumbrante. No creas que fue fácil aceptar y darme cuenta que eres única y que me enamoré de ti; el conocerte e imaginar un futuro a tu lado, planes y pensamientos que se hacen perfectos con el solo hecho de ser contigo con quien los quiero compartir.

Llegó el momento en el que te habías convertido en mi todo, ocupas mi corazón y mi mente; pero lo verdaderamente triste y decepcionante es que es algo que sé que se quedara en eso, sueños e ilusiones porque es algo que no pasará, a estas alturas lo he aceptado, y una tiene que ser realista.

Llevo tiempo contemplando tu infinita belleza, me encanta verte reír con ganas. He aprendido de ti; y sé que tienes dos clases de risa: una es la típica risita que compartes a las personas que gustan de entablar una conversación contigo, pero que no te terminan de agradar, ya sea porque querían hacer el tonto contigo, coquetamente hablando; y tu odias eso, lo sé porque te he observado, viras los ojos cuando alguien te saca de quicio sin que esta persona se dé cuenta. No hay nada de malo en ser hipócrita a veces.

Y la otra, una risa a carcajadas, con la cabeza echada hacia atrás; y esa faceta tuya solo se la permites observar a unas cuantas personas; y créeme que me siento increíblemente afortunada de entrar en esa lista. Si tuviera un solo objetivo en la vida, sería hacerte reír a diario. Por qué será que tu risa es mi felicidad y que tu soledad es mi tristeza?, que cuando te siento cerca hay un aire de optimismo y perseverancia, pero cuando tú faltas no entiendo muy bien a este mundo y se nubla mi razón.

A veces llego a pensar que estoy obsesionada contigo. He tratado de olvidarte saliendo con alguien más; de pedir a dios porque te quite de mis pensamientos, pero es que nadie se compara contigo; y es que cuando entras por esa puerta, todo a mí alrededor desaparece, no me inmuto de nada más que de tu perfecta presencia.

Existen ciertos detalles que llenan de alegría mi alma; te he atrapado observándome, y en cuanto nuestras miradas chocan te haces la desentendida y me evades. Y me encanta verte a los ojos porque te ruborizas y no eres capaz de sostenerme la mirada. Pero tal vez, eso no quiere decir nada.

En clase, te preocupa el que haya entendido bien algún tema y te acercas a mí para preguntármelo, cosa que no haces con los demás. Pero siento que no debo ilusionarme demasiado, como dije, son pequeños detalles que ciertamente cualquier persona hace. Pero tú no eres "cualquier persona", te preocupas por los demás, eres un increíble ser humano, bondadosa, amigable, gentil y amable; grandes aspectos que hicieron enamorarme de ti.

Ayyy *SUSPIRO* ...si tan solo supieras lo que siento cuando te miro. Pienso en ti todos los días, y no te imaginas la tristeza que me da el que a veces no te vea un día. Y con esto llego a la conclusión de que no solo te quiero en mis sueños cada noche, sino que necesito días enteros a tu lado.

Quiero que te instales en mi vida y la cambies. Quiero que te quedes y me hagas reír por horas para ser yo misma mientras este contigo. Necesito que desees estar conmigo tanto como yo quiero estar contigo. Quiero pasarme las horas hablando contigo, de nada en especial. Quiero vivir aventuras, vivir peleas, reconciliaciones, noches, días, tristezas, alegrías. Quiero acostumbrarme a cada pequeño detalle de ti. Te amo y quiero que me ames a cambio.

XXX

¿Y de quien les hablo?, si, de ella, de esa divinidad de mujer; tan madura, tan experimentada, inteligente e intelectual, elegante, provocativa, amable y sin duda magnifica; una mujer con carácter fuerte, pero con un dulce corazón. Desmesuradamente hermosa, estatura promedio, cabellera rubia que le caía justo por debajo de los hombros; con los ojos más bellos que puedas imaginar, color verde aceitunado. Piel de porcelana, labios carnosos que se admiran deliciosamente bellos, que sin ser pintados con labial se puede observar el color rosado natural de estos.

Gustas de verte bien; a veces te presentas con tus vestidos que llegan por encima de tus rodillas, pero que por lo ceñidos que estos son, se pueden apreciar tus piernas muy bien trabajadas, tus glúteos perfectamente redondos y esas dos preciosas montañas muy bien proporcionadas debajo de tu blusa. Con esos tantos pares de zapatillas altas que sé que te encantan por que las usas constantemente, sacos perfectamente alineados; tan inmaculada.

Pues sí, les hablo de ella, mi preciosa Profesora de Literatura. Lo sé, esto está mal, yo estoy mal; no puedes gustarme tanto, ¡NO, TÙ!

PROFESORA