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- es verdad señor, la señora pidió verlo- afirmó el escolta al ver el rostro de incredulidad de James y es que era obvio, que Amori lo llamara era algo completamente extraño y difícil de creer.

-ok, iré ahora mismo- James se puso de pie dejando aquella silla tras el gran escritorio de roble que lo mantenía ocupado .

Cruzo la puerta y paso por el corredor hasta llegar a las escaleras,las cuales subió a toda prisa , una vez frente a la puerta ordenó a los escoltas que no los molestaran y entro.

Al ver la poca luz y la mesa con las velas recordó que no había ordenado que retirarán todo, entonces miro aquella silueta de pies frente a la ventana iluminada por la luz de la luna, era una imagen que había soñado durante mucho tiempo.

-te vez hermosa- hablo mientras cerraba la puerta y proseguía a acompañarla en completo silencio.

Tras tragar el nudo en su garganta Amori por fin junto valor para girarse justo antes de que el llegara hasta ella, clavo su mirada en los ojos de el, esos ojos que una vez amo y que ahora solo odiaba, aun que debía aceptar que James tenia una mirada penetrante y muy fuerte, imponente y llena de una gran presencia.

-dijiste que habías mandado prepara una cena, supuse que no debíamos desperdiciarla- hablo sin miedo tratando de sonar lo mas dócil  posible y tragando la rabia que sentía hacia el.

-en ese caso, cenemos amor mio- esas palabras helaron la piel de Amori, por que James seguía con eso, por que no podía dejar el pasado en el pasado, siguió el camino hasta la mesa donde James después le ayudo a sentarse como todo caballero para posterior mente tomar asiento el.

Las empleadas entraron y sirvieron el primer plato para posterior mente dejarlos solos, el sonido de las copas ademas de los cubiertos sobre los platos era todo lo que se podía escuchar, el ambiente si bien era un tanto tenso también se podía sentir que algo estaba sucediendo o estaba por suceder.

-Vamos Amori, sabes que no me puedes engañar a si que habla, dime que es lo que pretendes, no estoy ciego para no darme cuenta que..., que quieres algo, y si es con respecto a tu padre olvídalo- hablo James por fin tras tomar un poco de su copa de vino, amor armándose valor, se levanto de su silla,tragando el nudo en la garganta se acerco hasta el.

-estas seguro que no puedo conseguir nada?- pregunto sentándose sobre la esquina de la mesa, mostrando sus piernas, se sentía asqueada por recurrir a ese truco pero tenia que hacer algo.

-amor, amor, mi dulce amor, sabes que jamas haría algo en contra de tu voluntad pero no me provoques- declaro el, mientras rosaba con su dedos la pierna de esta.

-por favor- suplico ella, las manos de James subieron hasta el rostro de Amori mientras el dejaba aquel asiento, poniéndose de pie frente a ella, uniendo sus labios en su  beso abrazador, lleno de lujuria, pasión, sus manos recorrían las piernas de Amori, subiendo por estas hasta sus muslos, encontrándose con aquella sorpresa.

Mientras el beso seguía, una sonrisa se formo en el rostro de james, el poder tener ah Amori de esa manera le hacía sentir el hombre más feliz del mundo y más por qué ella estaba haciéndolo por propia voluntad...

Por la FuerzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora