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Llegué al supermercado y tome un carrito.
Me di cuenta de que estaban implementando nuevas medidas de prevención como por ejemplo solo dejar entrar a una persona por familia, también estaban dando gel antibacterial a la entrada y había marcas de en suelo que decían "¡mantén tu Sana Distancia!", me pareció muy oportuno.
Hice mis compras velozmente, tampoco era mucho, después de todo ahora vivo solo...
Llegué a las cajas y había bastante fila dado a qué era quincena.
Me puse en una y me di cuenta de que la persona enfrente de mi era la chica con la que me encontré en el puesto de antojitos, otra vez.
Pensé que ya era bastante conciencia y quizá era momento de hablarle más formalmente.
— Buenas tardes. — le dije.
Me volteó a ver sorprendida para seguidamente dedicarme una sonrisa.
— ¡Hola! Buenas tardes. — me respondió. — que coincidencia, ¿no cree? —
— En efecto, concuerdo con usted. — le respondí.
— Quizá el universo nos quiere dar algún mensaje. — comentó sonriente.
— Quizá... — respondí igualmente con una sonrisa.
— ¿Cómo se llama? — me preguntó.
Me fue un poco extraño, la mayoría de personas saben quién soy, pero igual le respondí cortésmente.
— Mi nombre es Hugo, ¿y el de usted? — le dije.
— Mi nombre es _____, un gusto. —
— El gusto es mio. — respondí.
Hace mucho que no tenía una conversación así. Después de todo no me vi en la necesidad de conocer gente nueva.
— Ummm... Creo que ya casi es su turno de pagar. — le comenté.
— Oh, cierto, jaja. — me dijo amablemente. — ¿Hay alguna forma en la que podamos seguir en contacto? — me preguntó.
Me sobresalte un poco y sentí un leve rubor en mi rostro — C-Claro, le puedo dar mi número de teléfono... — no estaba del todo seguro si era lo mejor pero esta chica me inspiraba confianza.
— Oh, me parece excelente. — me respondió. — Yo le doy el mío mejor, si gusta. — dijo.
— Claro, me parece bien. — dije mientras sacaba mi teléfono celular.
Me dictó su número y yo la agregé a mis contactos.
— Pues muchas gracias... Eh... ¿Hugo? — me dijo.
— Hugo, sí. — le reafirme. — Y usted es... ____, ¿verdad? — le dije para asegurarme.
— Claro. — respondió.
Fue su turno de pagar.
Pagó todo y se fue.
Y fue mi turno. De igual forma, pagué y me lleve mi bolsa de la compra.
— Con que _____... Es un lindo nombre. — dije para mí mismo mientras salía del supermercado.

Quédate en casa. (HLG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora