Ep. 4: Espías y Ninjas.

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Un gran agujero en el techo.

¿Cómo llegó ahí? Nadie lo sabía.

Bueno, el narrador sí, obvio, pero fue suficiente spoiler de mi parte, estoy en la cuerda floja de ser despedido.
Brook se encontraba en la azotea, visualizando junto a su amigo, Neón, que había llegado minutos después de que una Bridget enojada lo obligara a limpiar la mantequilla; el gran agujero que daba al cielo sumiéndose sobre sus cabezas.

Su segunda hermana mayor había enviado a casa a Tatiana, y luego de preguntar mil veces dónde se encontraba Ginny, recibió una llamada, la cual no había concluido cuando de la nada presenció aquel desastre en donde los dos chicos estaban reparando.

—¿Me explicas qué sucedió aquí? —cuestionó Neón, tomando un martillo y varios clavos con intención de ayudarlo, ya que obviamente no podría repararlo él solo.

A mi opinión, eso va a salir un desastre.

—¿Me creerías si dijera que no recuerdo nada de lo que sucedió anoche? —intentó experimentar con un trozo caído del tejado, sumergiéndolo en cemento. —¿A caso pasó algo más interesante que éste hueco en el techo? Bueno, que recuerdes.

—Ni me lo preguntes. Tantas cosas pasaron desde que saliste. Algunas de las que siquiera me enteré: éste techo agujereado es la prueba. —apuntó el martillo en su mano a un clavo que daba directo en una tubería. —Obviamente Skitty no tardó mucho en tranquilizarse después de llamar a Bridget porque te escapaste, duró tanto tiempo hablando que no se dio cuenta del descontrol que se formó, que obvio no pude presenciar mucho. Pero, está claro que escuché parte de la conversación.

—Cuenta... —le instigó Brook.

—En resumen, y un muy buen resumen; tu hermana le había ordenado directamente que no salieses. Hablaban sobre algo raro de estrellas y disparates, y después se insultaron hasta terminar con su amistad. Extraño, ¿no?

—Sí, de eso sí me acuerdo. Ella me gritó que era una orden, y luego me encontré con Tatiana, y lo demás está muy brillante y borroso a la vez. —sacó sus manos del cemento, para pasarlas por la madera de apoyo, y colocar sobre esta el material bañado en el líquido en ese mismo lugar.

La verdad no creo que aquello vaya así, pero...
—¿Qué no recuerdas nada? —lo observó con mirada pícara. —¿Qué pasó con Tatiana?

—¿Podrías seguir contando lo de mi hermana y dejar ese tema a un lado? —cuestionó con algo de seriedad.

—Ya. No te pongas así. —alegó, juzgando la rara reacción de su amigo con una mueca. —Por cierto, no pude evitar notarla salir sonriente de aquí. Pensaste que no lo iba a notar. ¿A caso amaneció aquí?

Brook vio la perversidad en sus expresiones. —¿A caso puedes callarte?

—No, y lo sabes. —sonrió, poniéndole atención a la puntería de su martillo. —Como quiera sé que es imposible que amaneciera aquí. Yo mismo la llevé a su casa anoche.

Brook giró su cabeza hacía él, doblando su cuello de manera extraña, casi como la hija del exorcista. —¿Qué dices?

Neón miró su segunda reacción, y casi pensó que eran celos, por lo que adelantó a explicar. —No es lo que crees, amigo. Una hora después de que saliste, Nevae la encontró deambulando en el jardín delantero, y en eso mi mamá llegó a buscarnos, por eso no quisimos dejarla. No me dio tiempo ni a buscarte para despedirme...

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