Ep. 7: Acusaciones y sospechas.

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Minutos antes del atardecer.

Casa de los White.

Pasar por el pasillo del segundo y primer piso era casi imposible.

Todo completamente cubierto por cajas apiladas, mochilas y maletas, incluso una máquina de videojuegos antigua de la cuál no se explicaba cómo llegó allí. Cualquiera que entrase a aquel lugar por primera vez pensaría que una manada de elefantes se estuviese mudando.

Brook, con mucha dificultad, intentaba esquivar maletas y carteras tiradas en el suelo, mientras pasaba por el estrecho pasillo. También evitaba pisar algún equipo electrónico como teléfonos o computadoras portátiles conectados a cualquier tomacorriente cercano. Detrás de Brook lo acompañaba Neón, sosteniendo las esquinas de su mochila firmemente al hombro, ya que tenía miedo de perderla entre tantos bultos. A su lado, estaba Lessy, quién lo estaba esperando frente a su casa cuando los vió llegar con todos esos visitantes.

Nuestro protagonista buscaba con sus vistas la puerta de su habitación, la que se supone que debería estar en el fondo del pasillo a la derecha. Pero lo único que encontró fue un montón de cajas apiladas en cada pared.

—Siento que en algún momento estos equipajes me van a tragar. —comentó Lessy, evitando con mucha cautela hacer contacto con dichos objetos que se veían totalmente inestables por la manera en la que estaban apilados.

—Opino lo mismo. —Neón tomó las cintas que se usaban para ajustar el ancho de los brazos de su mochila e hizo un nudo con estos, alrededor de su abdomen, para evitar así que su mochila 'se desvanezca'. —¿No se supone que aquí debe de haber una puerta?

El rubio señaló un montón de cajas del lado contrario a donde estaba Brook. Justo donde estaba parado, en la pared izquierda. Obviamente la habitación que ocupaba Blake cada cuándo visitaba a su familia. Al parecer Neón se había aprendido de memoria la ubicación exacta en dónde se encontraba el hábitat de Brenna.

—También supongo que ustedes podrían ayudarme a hacer que mágicamente aquí haya una puerta. —le respondió Brook de vuelta, apartando los objetos que impedían su paso a su habitación.

—Lo siento, amigo. Estoy estancado aquí. —alegó Neón, imitando la acción del pelinegro, lo único que su objetivo era diferente: entrar a la habitación de Blake.

—No creo que esa sea la habitación de Brook. —opinó Lessy, observando cómo el rubio se esmeraba en buscar una entrada.

—No lo es. —respondió Brook en lugar del rubio, sin dejar de lado su acción. —¿Para qué quieres entrar en la habitación de mi hermana? —cuestionó lanzándole un vistazo rápido.

—Curiosidad... —fue lo único que agregó, quitando la última caja, y al no tener lugar dónde colocarla, se la arrojó a Lessy. La susodicha lo atrapó y se balanceó torpemente al tomarla desprevenida.

—¡Por poco caigo, tonto! —exclamó la chica al recomponerse, pero Neón no la había escuchado, porque ya se encontraba en su mundo.

Lessy puso la caja en un rincón cercano y, de manera curiosa, pasó a la habitación en donde estaba el rubio. Brook miró el pasillo sin un alma y la puerta de la habitación de Blake abierta de par en par. —¿Qué buscan allí? —se preguntó a sí mismo, quitando la última maleta que le impedía el paso. Observó la puerta de madera oscura de su habitación la cual estaba llena de estampas de superhéroes, y luego volvió su vista a dónde el rubio y la castaña habían ido.

Dió varios pasos de regreso y se detuvo frente a la habitación abierta, para encontrarse con una Lessy jugueteando con el maquillaje y ropa de su hermana mayor, y un Neón abrazado a una de las almohadas de la susodicha mientras daba vueltas danzando en todo el cuarto.

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