Capitulo 39 [T2]

1.4K 143 82
                                    

Narra Lisa

Un dolor de cabeza se había hecho presente, fruncí levemente el ceño aún sin abrir mis ojos cuando empecé a escuchar disparos lejanos, a la vez que volvía a sentir aquel ardor tan característico sobre mi abdomen, el dolor de un disparo. Conocía tan bien esa sensación y tenía la leve esperanza de no volverlo a sentir nunca más... Pero lastimosamente no fue así. Creía que esto sin duda iba a matarme finalmente, mi cuerpo estaba tan débil que no lo veía capaz de volver a soportar otro dolor de esos.

Me sobresalté al escuchar unos leves sollozos y recién ahí pude percatarme que una de mis manos estaba siendo sostenida.

Abrí mis ojos con algo de dificultad, lo primero que logré visualizar fue a... Sorn, mi mano todavía sostenía la suya y las ganas de llorar nuevamente volvieron a mi. No pude evitar apretar su mano a pesar de que sea inútil.

Sorn ya no estaba con nosotros.

Al volver a escuchar ese sollozo, giré lentamente mi cabeza y pude ver a Rosé, ella sostenía mi otra mano mientras lloraba con la cabeza gacha, sin haberse percatado de que yo había despertado y la estaba viendo.

Sentí una presión sobre el corazón al verla llorar, odiaba verla así.

R-Rosé... — Susurré con dificultad. Ella rápidamente levantó su cabeza y me miró a los ojos, sus cachetes estaban empapados en lágrimas mientras su labio temblaba levemente.

— Eres... ¡Eres una imbécil! — Gritó apretando con más fuerza mi mano. — ¡Idiota, idiota, idiota! Creía que... Creía que te había perdido... — Su mano libre la dirigió a su rostro para limpiar las lágrimas que seguían bajando. Iba a imitar su acción dirigiendo mi mano sobre su cara, pero nuevamente aquel dolor agudo se hizo presente sobre mi abdomen y no pude evitar gemir de dolor.

Rosé... Dame la vuelta. — Pedí, ya que me encontraba boca abajo en el piso.

Rosé asintió sin hacer preguntar y con delicadeza posó sus manos sobre mi cintura, girando mi cuerpo para que quede boca arriba. Yo dirigí mis manos sobre el borde de mi remera para levantarla, dejando ver la herida de mi abdomen que no dejaba de sangrar y se veía demasiado mal.

Ahí supe que si no actuabamos rápido, podía llegar a morir por desangramiento.

Rosé, mi mochila está en el piso. Traela. — Ordené mientras apuntaba la mochila que se encontraba a un lado de nosotros. Dentro de ella guardaba todos mis suministros médicos.

Mi compañera se levantó con rapidez para tomar la mochila y volver nuevamente a mi lado, dejándola a un costado de mí. Procedió a abrirla para luego mirarme, esperando otra indicación.

Saca los guantes, el hilo, la aguja, el algodón, el alcohol, el bisturí y las vendas. — Ordené. Ella rápidamente buscó todo lo que le pedí y lo dejo a un lado mío. — Ponte los guantes. Vas a sacarme la bala y tienes las manos sucias al estar tocando las armas.

Lisa... No sé hacerlo.

Yo te voy a guíar.

El dolor volvió a aparecer con un poco más de intensidad y yo cerré mis ojos con fuerza mientras mordía mis labios para ahogar un grito. Estamos tardando mucho.

Criminal [Jensoo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora