En un solo instante eran dos almas conectadas, no fue casualidad, fue un capricho. ¿Quién lo hubiera dicho? Aquella amistad forjada por años solo les sirvió como excusa para negar lo evidente. Eran diferentes, por eso conectaban tan perfectamente.
Aun recordaba el primer beso que robó de aquellos vírgenes labios, ojalá hubiera durado para siempre.
Ahora eso era como una bomba en su interior a punto de estallar, pero quería gritar, aquel cosquilleo le mostro lo que era conocido como felicidad.
Una jugada arriesgada. Si. Eso había sido pasar de la amistad al amor. Perdió. Sin amor y sin amistad.
¿Y él? Él no pareció haber perdido nada, fue como si todo el daño causado por su persona le hubiera sido recompensado al pelinegro con sus dos pequeños.
Lo había visto, lo vio en los ojos de los niños, de la niña y del niño. Amor no les había faltado desde el momento que nacieron. Goten había aprendido muy rápido a ser padre.
Parecía pura cosa del destino el a ver visto primero a los pequeños antes que a Goten, un escalofrió le recorría la piel al imaginarse siendo el causante de que aquellos pares de ojos y esas dos sonrisas dejaran de brillar por su culpa. ¿Sería tan ingrato como para desbaratar aquella familia? Lo mejor sería olvidarse para siempre de Goten y vivir su propia vida. Tal como lo hizo el pelinegro.
Ahora entendía lo que en verdad seria convertir un olor en un recuerdo. No lo olvidaría, necesitaba enmarcar sus recuerdos para recordarlo y verlo como la luz que en algún momento iluminó su cielo.
Tenía miedo, no lo negaría. Sabía que Goten estaba cerca y que él no podría cumplir con su palabra. Quería explicarle todo, pedirle perdón por todo el daño que le ocasionó, pero por sobre todas las cosas quería informarle que nunca le fue infiel y que mucho menos se casó con Pan. Quería... quería volver a tenerlo a su lado...
Quería desbaratar aquella familia.
Sus pensamientos egoístas lo tenían en las nubes, ¿Por qué querría aquello? ¿Por celos? Su parte racional buscaba como justificarse por lo que en ningún momento se dio cuenta cuando una chica se acercó a él corriendo, tropezando cuando uno de sus tacones se dobló y ella intentó sujetarse de él, cayendo ambos por el peso de la chica.
—¡P-perdón! —exclamó la pelinegra poniéndose de pie rápidamente para que él se pudiera levantar del suelo —s-se me hacía tarde y y-yo aun no aprendo a caminar con este tipo de zapatos —se justificó, su rostro escarlata brillaba de lo que el asumía que era vergüenza al igual que intuía que sus ojos huían de los suyos.
—¿no había usado antes zapatos altos? —preguntó arqueando una ceja divertido por la torpeza de su asistente. Un fuerte pero suave aroma dulzón lo hizo inhalar profundamente, sintiendo como cada célula de su cuerpo daba su aprobación por aquel conocido perfume.
—n-no... ¡digo si!... Mejor ya no hablo... —murmuró sintiéndose hundir en su propia farsa.
—está bien —suspiró contrariado sin saber el motivo —ocupo que me prepares un café como el de ayer, mi abuelo te entregará las finanzas de los últimos 6 años, si puedes hacer una copia en uno de mis drives estaría perfecto. Ya que lo hayas hecho me entregas los archivos originales, ¿quedó claro?
—s-si —asintió con la mirada clavada en el suelo, como si el azulejo fuera lo más interesante que había conocido al caer.
—una cosa más... —lo pensó por un momento, pero luego se arrepintió, ¡no podía hacer un cumplido sobre lo bonitas que eran las piernas de su empleada! Menos cuando sabía que pensaba así porque les recordaban a las piernas que alguna vez tocó y recorrió entre besos y caricias —olvídalo, ¿Cómo dijiste que te llamabas? —preguntó echándole un rápido vistazo al escritorio de la chica que no estaba muy lejos de donde estaban ellos, de la entrada de la empresa.
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El padrino de mi novio [Terminado] // Enmarcando Recuerdos
FanfictionEl padrino de mi novio... [Primera parte, Terminado] Mi novio se casa y no es conmigo Se casa y no es por amor El tendrá que hayar la manera de que su novio no se case. Un documento del que no tenían ninguno de los dos idea será la solución. Tiene...