El viaje a Erebor

715 39 14
                                    

La sombra de los árboles evitaba que la poderosa luz del sol molestara los verdes ojos de la elfa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La sombra de los árboles evitaba que la poderosa luz del sol molestara los verdes ojos de la elfa. Había perdido la noción del tiempo que llevaba tumbada boca arriba mientras pensaba.
Las rivalidades entre enanos y elfos aún no habían acabado, eso la preocupaba por la situación que vivía.

Unos pasos entre el césped la alertó de inmediato, se incorporó con velocidad tomando su daga esperando alguna amenaza, pero solo se trataba de él.

- Creí que me matarías. - Dijo con humor el enano.

Tauriel solo negó con la cabeza a medida que se acercaba a su lado, ella jamás sería capaz de hacerle daño.

- Jamás.

Ambos se observaron un momento en silencio, era increíble que estuvieran juntos al fin a pesar de las contrariedades que se presentaban constantemente. No tomaban mucha importancia de lo que los demás dijeran de su amor, ellos eran felices juntos y eso para sus amigos y familia era suficiente, al menos en el caso de él. Tauriel había sido expulsada hace tiempo del reino al que llamaba hogar, y el único con quién mantenía contacto era su amigo Legolas.

- ¿Ocurre algo? - Preguntó preocupado el enano luego de ver qué ella mantenía la vista perdida.

- Solo estoy nerviosa...

Eso que dijo llamo la atención del más pequeño, que ella estuviera nerviosa era algo novedoso.

- Solo es mi familia, conoces a la mayoría de los que estarán presentes y no tienen problema con nosotros...

En unas horas viajaría con Kíli a Erebor para ver a su familia, aunque ciertamente conocía a la mayoría seguía preocupada por lo que diría la madre del joven. O porque dirían los demás que aún no estaban al tanto de su extraña relación.

- Tauriel. - La llamó con un tono angustiado al notar la expresión en el rostro de la elfa. No quería que estuviera así por esos detalles. - Amrâlimê...

Y con escuchar eso una pequeña sonrisa se formó en el rostro de ella, esa sola palabra tenía mucho poder entre ellos.

- De acuerdo, hagámoslo. - Dijo entusiasmada sujetando las fuertes manos del enano. Le había dado la motivación suficiente para querer hacer el viaje sin pensar tanto en el que dirán.
Después de todo, podría volver a ver al grupo de enanos que hace años conoció.

- ¿Hagamos qué? - Dijo coqueto su compañero, cada oportunidad que tenía de avergonzar a la elfa era un gozo interno para él.

Tauriel solo lo empujó suavemente mientras cubría su sonrojo.

- De acuerdo, lo siento. Mejor dame un abrazo.

La elfa se acercó enternecida por la petición del más pequeño, le encantaba lo cariñoso que llegaba a ser a su lado.

- Me encanta sentir tus pechos en mi rostro, es la ventaja de ser más pequeño.

- ¡Kíli!

~

Amrâlimê ~ KilielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora