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Tamarama (Sydney, Australia)
1 de mayo del 2019, 00:47 a.m.

La cabeza de Aisha reposaba sobre una almohada, mientras ella intentaba normalizar su respiración.
Su pecho desnudo subía y bajaba de forma notoria, y sus piernas temblaban gracias al muchacho que estaba a su lado.
Ella gira su cabeza para tratar de mirarlo a pesar de la oscuridad, pero le resulta difícil.

Ashton era un maldito dios en la cama. Siempre la dejaba sin aliento, y mucho más que satisfecha. Sin embargo, él no le daba lo único que ella estaba buscando; amor.
Venían revolcándose hace mucho tiempo, pero jamás pasaba de eso.
A él jamás se le agotaban las excusas, pero la chica estaba muy embobada como para sólo olvidarse de él.

-Creí que tus padres llegaban hoy a la ciudad. -largó de repente el chico de pelo rizado, mirando el techo. Se removió un poco en la cama, y puso sos dos manos debajo de su nuca. Ella aprovechó su nueva posición para acercarse a él, apoyando la cabeza sobre su pecho, y abrazándolo disimuladamente con un brazo.

-Así iba a ser. -respondió ella, levantando la mirada hacia él.- Pero a mamá le surgió algo en el trabajo, y tuvieron que cancelar el vuelo. -hizo una mueca que se perdió en la oscuridad, y volvió a apoyar la cabeza en el pecho de él. Podía sentir los latidos de su corazón, que aún eran bastante rápidos.- ¿tú no debías trabajar?

-Sí. -murmuró Ashton, y no habló nuevamente hasta que pasaron unos cuantos segundos.- pero hace mucho no te veía. -al escucharlo, el corazón de la chica se aceleró otra vez, y sintió su pecho arder. Eran palabras que soñaba todo el tiempo que él le dijera.- Realmente no sé como es que eres tan buena en esto. -él rió por lo bajo, y llevó una mano a la cintura baja de la chica, atrayéndola hacia él. Aisha cerró los ojos. Otra vez, no recibía lo que esperaba.

No respondió. Sólo cerró los ojos, e imaginó que él nunca dijo eso.

Pero otra vez, él demostró que no la quería como ella lo hacía.

-Debo irme. -con cuidado la quitó de encima, y se levantó de la cama. Recogió su ropa del suelo y comenzó a vestirse.- Simón no me cubrirá por siempre. -se ríe de lo que acaba de decir, y ella traga el nudo que sentía en su garganta para soltar una pequeña risa fingida, que a él parece no importarle.

-¿Qué te parece si... mañana vienes a cenar? -preguntó ella, acomodándose en la cama para quedar medio sentada, y tapada con las sábanas.

-No, no puedo. Mañana iré a casa de Calum a ver fútbol. -respondió como si nada, terminando de vestirse.- Pero te marcaré en la semana. Ya sabes, para vernos antes de entrar a mi trabajo. -Otra de sus risas se escuchan en la habitación, y él se acerca a ella para besar su mejilla.- Adiós.

Y se fué, dejándola completamente sola.

Aisha se levantó de la cama tras un largo rato y se puso sus bragas, junto con una remera. Se acercó a su ventana, y suspiró viendo a la calle.

Bronte (Sydney, Australia)
1 de mayo del 2019, 01:22 a.m.

El rubio estaba acostado en su cama, mirando el techo mientras el cigarrillo que sostenía se consumía sólo.
Tenía sus zapatos puestos, y seguía con la ropa que había usado para ir al trabajo.
El silencio inundaba su habitación de una manera impresionante, pero a él parecía no molestarle en lo absoluto.

Sintió un ardor en su mano y dejó caer el cigarrillo al suelo, soltando un quejido. Se había consumido por completo.
Maldijo por lo bajo, y se incorporó en la cama para buscar otro cigarro en su mesa de luz, pero notó que ya no le quedaba ninguno.

Ahora estaba molesto porque no tenía más, y debería ir a comprar.
A regañadientes se levantó y tomó unos cuantos billetes de su cajón, para luego salir de su apartamento, e ir en busca de algún lugar abierto a esa hora.

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⏰ Última actualización: May 05, 2020 ⏰

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Aisha » mgcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora