...Se dice mucho de lo que es la vida... Más de lo que nosotros mismos hemos escuchado, pero qué es para nosotros?...
—... Eren, dinos qué es para ti la vida? —me miro esperando una respuesta cuando yo apenas había dejado mis cosas en mi lugar.
Por qué debía pensar yo en eso ahora?
—Por favor ven al frente y dinos qué es para ti, qué es "ella" para ti? —hice caso a lo que dijo, poniéndome de pie.
Caminaba sin saber en realidad que diablos iba a decir, plante cara al desastre frente a mi, buscando la calma en la mirada de alguno, pero no la encontraba, hasta que ví esa sonrisa dulce de nuevo.
—No lo sé, he leído demasiado sobre eso, pero jamás la aprecie como tal... —de algún modo, eso captó la atención de todos, fueron como palabras persuasivas.— Sé que coexistimos en uno mismo, pero no la apreciaba... Hasta hace poco la ví, me sonrió de alguna manera que me fue difícil no hacerlo igual. Si pudiese describirle como persona, diría que es hermosa y aterradora a la vez: pues tanto miedo puede inspirar no saber que pasará mañana, como tanta alegría puede dar saber que aún respiras, ella tendría y sería como la aterradora chica de un leyenda oriental... Algunos podrían odiarla y otros amarla, habrá quienes como yo que no la notamos, pero ella siempre está ahí... Arrinconada viendo el horizonte. La llamé Luna en mi mente, ya aunque muchos la aprecien en silencio, ella tiende a desaparecer y nadie la ve en la noche pues habría que dormir... Aunque todos te teman, y prefieran matarte, vives para ti, como la artífice de un gran sueño. —tras volver a poner los pies en la tierra, note que todos me miraban anonadados.
Armin no comprendió por qué utilice la descripción que le di de Mikasa entonces, ni siquiera yo comprendo por qué ella se parece tanto a Vida...
—Excelente... Ve a sentarte... —en realidad parecía impresionado, aunque no lo demostró del todo.
Tras volver a sentarme mire el cielo claro con esas nubes blancas a las que muchos les hallaban una forma. Sentí una enorme paz recorrer toda mi alma tras aquellas palabras.
—Eren... Dicen que un hombre enamorado incluso se vuelve poeta. —Armin me miró sonriendo con picardía, sin embargo no logre entenderle.
—Un buen dato sin duda, por qué lo dices? —el semblante de su mirada cambio de una manera muy brusca entonces.
—Te gusta no? "Ella" —tras entenderlo, abrí los ojos hasta sentir el aire entrar en ellos.
De algún modo me sentí en verdad ofendido por eso, no me gusta en realidad, para mí ella es una chica linda y hasta ahí, no podría llegar a ese grado.
—Armin, no tienes derecho alguno de decirme eso, a ti te gusta Annie. —sus mejillas adoptaron un precipitado color rojo. Le sonreí y el enfadado se dió la vuelta.
Mire hacia al frente notando que ya no estaba el maestro, cuando fue que salió?
Recargue la cabeza en el escritorio, sintiendo que empezaba a palpitar de nuevo, me amenaza aún. Levanté el rostro dejándolo caer hacia atrás levemente, de algún modo dejo de doler; recordé luego de unos minutos que ella estaba detrás y me levanté rápido.
—Estas bien? —una voz muy dulce de su parte me hizo mirarla tras titubear un poco.
—Por qué no habria de estarlo? —alzó los hombros de una manera bastante dulce como sí nada más importante pasará en su vida que el solo hecho de observarme.
Sentí un escalofrío recorrer mi espalda con un acto simple al ver sus ojos llenos de una luz indescriptible pero simplificando: terriblemente bella, dos astros que se me clavaban en los ojos reluciendo con el sol dejando de lado todo el ruido. En un pequeño momento se paró todo y quedó en silencio; no podría explicar cómo fue qué pasó tanto en tan poco tiempo... Cómo se detuvo el ruido fuera que hasta deje de escuchar el mundo para ver sus ojos grises brillando más de lo que pude haber apreciado en las estrellas.
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Gaia
FanfictionJamás fui capaz de revelar nada de mi a nadie, trataba de guardarlo para mi mismo y huía de quienes trataban de ayudarme. Huí de mi, me resguarde en lo más profundo de mis pensamientos y no salí de ahi jamás. Sólo tenía un amigo, amigo al cual prot...