La verdad oculta

333 45 20
                                    

La carreta fue conducida hasta la colina donde estaba una hermosa mansión con aspecto victoriano, la casa en su totalidad era un sueño para alguien con poco dinero.

El hombre atractivo se bajó para abrir la puerta de la carreta cuando está se detuvo, Beatriz bajo con cuidado tomando las suaves manos del caballero. Extrañamente tenía mucha gentileza pero Beatriz de ser posible ya estaba planeando la boda soñada en su cabeza sin saber el duro destino que podría esperarle por irse con un desconocido del cuál no sabía ni su nombre.

El conductor bajo con un montón de llaves en sus manos y se dispuso abrir las puertas de la mansión mientras que el otro hombre sostenía una sombrilla para cubrir a ambos.

¿Porqué me has salvado? Nadie mete las manos al fuego por una campesina.

Ella lo menciono en un tono curioso entre cerrando sus brillosos ojos cafés miel.

-— Me pareces una jovencita muy interesante, además de bonita con esa cabellera castaña, tus pecas entre esos bellos ojos cafés. Tus labios color escarlata son todo un sueño para el hombre que pueda besarlos.

Aquel hombre sonreía como un niño cuando le cumplen un capricho e incluso cuando les compras un juegue que siempre han deseado.

— Deja de alargarme de esa manera, se que no soy nada de eso. Esas fueron las mismas palabras que el padre de mi hijo me menciono para endulzar mi oído y mira dónde terminé.

Beatriz volteo la mirada poniendo sus ojos en blanco con frustración dentro de ella, la molestia le hacía pensar que los hombres no tenían una pizca de imaginación a la hora de a cortejar a una dama.

El hombre tocó su nuca y tratando de evadir ese momento tan incómodo, noto que la puerta ya había sido abierta, por lo que entró junto a Beatriz que aún traía al bebé en brazos dormido. La casa de sólo entrar a su pasillo podía notar varias pinturas muy explícitas que parecían sacadas del mismo infierno pero la realidad era que mostraban algunos actos de la iglesia hacia sus no creyentes. Tenían en todo su esplendor la agresión, claro que para aquel hombre solo era arte de las buenas acciones que su salvador había hecho.

Incluso tenía varias cosas de Jesús en las que parecía ser un verdadero creyente. En una de las esquinas de su sala tenía una cruz al revés mientras que de las paredes parecía escurrir sangre pero solo era una pintura muy realista o eso decía él cuando se le preguntaba.

¿Porqué tienes todo esto? ¿Como puedes dormir tan tranquilo?

Beatriz hablaba con la curiosidad en la mano mirando a sus alrededores aunque en sus adentros tenía miedo porque resultará ser un loco.

¿Cómo no poder dormir si es nuestro salvador? ¿Acaso lo crees en él?

En el momento que hizo la última pregunta su sonrisa amable se elimino para mostrar una terrible mueca de enojo.

Y...yo bueno...

En ese momento las palabras empezaron a temblar y me era imposible hablar pero por mi mente pasaba que realmente para mí no tenía sentido que un Dios créase todo en 7 días solo porqué sí. Me parecía tonto tener que dar unas monedas para probar fe, debo decir que sentí la amenaza de inmediato y quería salir corriendo.

Aquel hombre se quitó el saco caro que traía encima y una cruz de metal colgó de su cuello, ahora entendía que tomar decisiones no era lo mío.

Me arrebato al bebé de una manera injustificada para dárselo al sirviente que por nombre llevaba Adán, se fue encima de mi para dejar caer todo su peso y comenzó a golpearme hasta que deje de ver porque la sangre cubría parte de mis ojos. Me arrastro tomándome del cabello hacia una habitación llena de espejos con una imagen de Cristo mirándome fijamente, me metió dentro mientras dictaba lo siguiente con una voz gruesa.

Mírate en todos los espejo hasta que te arrepientas de tus pensamientos impuros, llora sangre hasta obtener el perdón de Dios, no te dejaré salir hasta escuchar de tu boca de ramera que te arrepientes de corazón por no creer en él.

Todo esto lo dijo gritando muy molestó, parecía realmente tener rabia en sus adentros por los que no creían en su Dios.

El cuarto tenía un rojo oscuro que parecía sangre o era un intento de simular ya que se encontraba salpicada y por el suelo pero a decir verdad... Ya no estaba segura de que se tratase de pintura.

Me puse de rodillas llorando por el dolor físico que sentía, además de la culpabilidad de no creer en algo que me parecía de poca lógica, no estaba preparada para el mundo y empezaba a dudar de mi amor hacia ese bebé.

AntichristDonde viven las historias. Descúbrelo ahora