El intruso

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Esta sería la primera noche en que Beatriz dormía en una cama después de parir a su hijo. Alastor dormía tranquilamente en su cuna, ni siquiera se despertaba para tomar su leche mientras que Beatriz no dejaba de dar vueltas en la cama.

La mujer cansada de no poder dormir decidió levantarse a la cocina para divagar su mente pero justo cuando iba por las escaleras un sonido interrumpió sus pensamientos. El sonido era distinto a ramas chocando en la ventana o grillos, se trataba de algo más agudo que hizo su curiosidad más fuerte.

Entre más se acercaba los sonidos se volvían más fuertes con cierta agudeza, tenía miedo de ir hacia el lugar debido a los rumores de que un muerto se aparecía, incluso se rumorea que la madre de Bill se aparecía ahí. Cuando por fin logro acercarse pudo ver a Angelo totalmente desnudo masturbándose en el sofá mientras tocaba su cuerpo y de su boca salían gemidos mezclados con palabras.

Ahh~ Beatriz, vamos come mi polla, te deseó desde que te vi, mierda.

La joven mujer no pudo evitar soltar una risita por la pena que sentía al mirar un hombre tan excitado por ella por lo que hizo notar su presencia.

— ¿Quién anda ahí?

Angelo pregunto nervioso, estaba hablando en medio de toda esa oscuridad sin saber que encontraría dentro de ella.

Disculpa, no quería asustarte ¿Que carajos haces desnudo? ¿Bill sabe que haces estás porquerías? Yo solo decidí divagar un poco o ir por un aperitivo y me encuentro contigo haciendo esta asquerosidad.

La mujer se tocó el puente de la nariz cruzando sus brazos, solo podía pensar que angelo era un enfermo y nadie le decía nada. Bastante molesta decidió darse la vuelta pero sintió el brazo de ángel en su hombro mientras hablaba con una voz seductora.

¿Acaso te gustaría jugar?

Angelo sonrió de manera satisfactoria acercándose a ella para besar su cuello con delicadeza.

— Yo no puedo, le pertenezco a tu mejor amigo. No desearas a la mujer del prójimo ¿Recuerdas?

— Podemos hacerlo sin que Billy se entere ni Dios nos mire. Sin cuerpo no hay homicidio.

El hombre tomó su cuello plantando un beso en Beatriz sin oportunidad de que ella se quitará.

Las manos de Angelo empezaron a bajar hacia su trasero para apretarlo con suavidad haciendo que ambos se en volvieran en un beso raspando la lujuria

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Las manos de Angelo empezaron a bajar hacia su trasero para apretarlo con suavidad haciendo que ambos se en volvieran en un beso raspando la lujuria. El piso de madera hizo un espantoso sonido por la humedad haciendo que ambos mirarán asustados hacia la fúnebre luz de una vela en medio del silencio y la obscuridad.

¿Interrumpo algo?

Dijo Adán con una voz ronca mientras se acercaba a ellos llevando la luz para descubrirlos.

No es lo que estás pensando Adán.

Angelo tocó su nuca alejándose del cuerpo de Beatriz que ya hacia ardiendo en excitación.

Despertaré al señor Billy para que saque a Judas de su casa junto a la ramera que eres.

— No tienes por qué faltarme al respeto, puedo irme sin que le digas nada.

Beatriz indignada acomodo su vestido mientras caminaba por las escaleras y Adán iba tras de ella.

¡No puede subir por el bebé porque nos pertenece!

Adán subía molesto dando luz con la vela que realmente era poca mientras soltaba gritos por la evidente traición.

¡Es mi hijo, yo le di a luz!

En un ataque de molestia y sin pensarlo empujo a Adán en el último escalón haciendo que él cayera por las escaleras de caracol haciendo que sufriera múltiples heridas.

¿Estamos en esto juntos, o no?

Beatriz bajaba por las escaleras con total tranquilidad mientras miraba a Angelo como una dama con poder.

— Supongo.

Angelo agarró su pantalón para ponérselo y así poder cargar al hombre hasta el sofá. Lo miro por unos segundos para comenzar a golpearle la cara dejando algunas heridas más graves.

¿Qué hiciste Angelo? ¡Eso no era necesario!

Beatriz se exaltó mirando como el hombre se quejaba, aún seguía vivo pero esperaba que no recordara lo que había visto.

Él iba hablar y yo no iba permitir perderme tremendo manjar

El hombre sonrió apretando los pechos de Beatriz mientras seguía besando su cuello y abajo de ellos Adán se moría.

Ella correspondió el beso pero decidió subir al cuarto de Billy para despertarlo con una excusa.

Entre sollozos fingidos ella movió a Billy con desesperación y él por fin despertó.

¿Qué quieres? Es demasiado tarde para que vengas a moverme así

Billy se tallaba los ojos molesto mirando a Beatriz en medio de su desesperación.

— ¡A Adán le ha pasado algo!

Cálmate, así no puedo ayudarte.

— Él... Bueno yo, sólo escuché un sonido extraño y cuando baje para ver Angelo trataba de ayudarle para que se levantará, solo pude ver que Adán estaba lleno de golpes.

Billy sin oportunidad de vestirse bajo corriendo por las escaleras solo para toparse la escena atroz de un hombre moribundo y algunos golpes en su cara. Cuando lo levanto para ver qué otra lesión tenía se dio cuenta que su cabeza estaba abierta.

Angelo asegúrate de cuidar a Beatriz, seguro esto fue un robo frustrado, dudo que encontremos a quien lo hizo porque no hay personas a kilómetros pero ahora lo importante es Adán. Llevare a este pobre hombre al médico y pasaré por la comisaría para ver si nos pueden dar más protección.

En cuanto Billy cruzó la puerta con el hombre en brazos, Beatriz mostró una sonrisa de oreja a oreja y Angelo la abrazo con firmeza.

Si no eres mía, no eres de nadie.

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AntichristDonde viven las historias. Descúbrelo ahora