Izuku Midoriya es afectado por un quirk en un intento de salvar a un chico, lo que nunca imaginó es que esa inofensiva habilidad sería la causante de sus más grandes pesadillas, haciendo que la mayoría de los ojos masculinos se empezaran a colocar s...
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01: ¡¿EHH?!
Mentiría si no admitía que se sentía atrasado al lado de sus compañeros. Como si hubiera esta gran diferencia de poder entre ellos, dejando a Izuku hasta el fondo. Tenía esta pequeña rabieta consigo mismo por no poder controlar como es debido su habilidad de One For All, aunque tan solo tuviera con ella un poco menos del año, quería alcanzar a los demás, esforzándose al máximo y más.
Suspirando, empujó la puerta saliendo al exterior del edificio. Tan rápido como su cuerpo se encontraba fuera, el cálido aire chocó contra su rostro, haciéndolo respirar profundamente, se sintió más tranquilo que antes. No se arrepintió al haber decidió pasar la hora de su almuerzo en lo más alto del lugar de la Yuei, la terraza.
Pero toda tranquilidad fue remplazada por las dudas y preguntas que rápidamente su cabeza empezó a formular. Solo una seguía repitiéndose como disco rayado.
¿Por que había un chico al borde del precipicio?
Curioso, entre cerro sus ojos, tratando de observar mejor el que se encontraba haciendo.
Esta llorando, no, está sollozando.
Trato de reconocer al castaño, pero con tan solo tenerlo de espaldas, no lograba mucho el identificarlo. Decidido, empezó a acercarse, y mientras más lo hacía, más lograba observar con claridad como su cuerpo daba pequeñas sacudidas e hipos a causa del llanto.
— ¿E-Estás bien? –preguntó, llamando la atención del contrario, quien abrió los ojos sorprendido al ver que alguien más se encontraba en aquel lugar.
La pregunta sonaba tonta cuando la soltó, pues hasta un ciego podía notar que no se encontraba bien. Haciendo una pequeña mueca tímido, se rasco la parte superior de su nuca.
Cuando el chico ladeó su cabeza y le observo por encima de su hombro, sintió como su pecho se estrujaba y le daban un tirón. Lucia tan afligido que su corazón dio un brinco.
— No. –dudó en responder, pero al final lo hizo en un hilo de voz, con su garganta ardiendo a causa de la fuerza que hacía al querer contener los gritos de frustración que quería soltar.
Ambos en silencio, analizaron la situación en la que se encontraban.
Midoriya Izuku por alguna extraña razón había decidido pasar la hora de su almuerzo en la soledad de la terraza y relajarse ante tanto estrés que podían provocar sus clases como héroe, pero, sorpresa, a cambio se encontró con otro estudiante en un colapso emocional, encima de la pequeña barrera de cemento, justamente al borde del precipicio de uno de los edificios más altos de la academia, con al parecer tener la intención de saltar.
