Mis 2 Grandes Amores II (Vkook)

"Cosas de adultos"

-¿Mis tíos?- pregunto sorprendido Jimin. Y por un momento cambio su mirada a Taehyung y aunque parecía apacible, algo sabia gracias a sus padres, que comentaban de pronto de la relación que llevaba JungKook con sus tíos. 

-Si- respondió JungKook. 

-¿Y yo que puedo hacer Kookie?- pregunto sin entender de que seria de ayuda. 

-Estar ahi, para que no sea un campo de batalla la visita.- aclaro como si fuera obvio. 

-Nisiquiera se bien cual es la relación que lleves con ellos.- aclaro. -Tae deberías entender mi posición.- presiono. 

-Bueno entiende a Kookie, conoces a sus padres.- respondió un tanto irritado. Esta situación lo traía intranquilo desde que Kook le dijo quien había marcado. 

Y no lo mal entiendan, no era que no les cayeran bien, pero siempre habían tenido diferencias notorias respecto a las decisiones del pelinegro, unas de ellas era Taehyung. Y bueno, el no les culpaba, el era mayor que su hijo, era hombre y aparte había echo aquello que ellos habían advertido que pasaría, sin mencionar que el mayor siempre apoyaba las ideas y sueños de su pequeño novio aunque fueran lejos de lo que sus padres soñaban. 

-No puedo hacer mucho, mis tíos son... un tanto inflexibles, y ellos quieren venir a verlos a ustedes.- aclaro. 

-A Kookie y a los niños.- señalo Taehyung. 

-O vamos Tae.- y ese tono de voz no le parecio buena señal a Jimin, quien se achico un poco en su asiento incomodo. -Sabes que ellos te aprecian.- 

-Correcion, a ellos casi les da un infarto cuando les dijiste que regresamos, ellos podrán haber superado que su hijo fuera gay, pero no que yo sea el novio.- y sonaba un tanto borde, pero es que así lo sentía. 

Y es que aunque Jimin no conocía toda la historia, con lo que sabia de sus tíos y ahora la actitud de Tae se hacia sus propias ideas. 

-Ellos son complicados, y tanto tu como Jimin saben lo intensos que pueden ser, pero ellos te aprecian, eres mi novio y el padre de nuestros hijos.- aclaro tomando la mano del mayor. 

-Ellos me odian, y estoy seguro que cuando me vean dirán el "te lo dije" que se han estado resistiendo a decir.- gruño levantándose de pie acercándose a ver a los niños atravez de la reja un tanto lejos de la mesa y aunque no alzo la voz fue un tono dolido. 

-¿A que se refiere?- pregunto con cierto temor Jimin. 

-¿Mis tios hablan sobre mi o mis padres Jimin?- y aunque la pregunta descoloco al rubio, decidio ser sincero. 

Sus padres y sus tíos siempre habían sido como la cara opuesta de la moneda. 

Los padres de Jimin eran amables y hogareños, habían aceptado la sexualidad de su hijo desde que este era un niño que no sabia en realidad porque sus gustos no eran iguales que los del resto, eran completamente la descripción de padres de familia. 

Mientras que los del pelinegro, vivían para sus trabajos, incluso podían llegar a ser tajantes e intolerantes con su hijo, bien era sabido que les había tomado mucho superar que su único hijo hombre fuera gay, que aunque estudio economía ejercía como fotógrafo lejos de la empresa familiar y que siguiera con aquella relación la cual ellos no habían aprobado en un principio. 

Pero Jimin solo sabia la primera parte, y gracias a sus padres, que aunque se llevaban bien con sus tíos, no estaban de acuerdo del todo con ellos. 

-Si, aveces si, pero eso lo sabes desde que somos niños.- aclaro Jimin. 

-Pues, sabiendo como son, cuando yo empece mi relación con Tae les costo mucho aceptar que era gay, pero aunque lo hicieron a su tiempo, cuando llegue a llevarlo eran tajantes y como suelen ser, pero... en algún momento mi padre llego a decirle que lo nuestro era algo pasajero, que eramos inmaduros, que el se iba a terminar llendo porque como era mayor no le interesaría andar con un niño, y entonces tiempo después, empezamos a vivir juntos y tu sabes como acabo la historia... el se fue aja, las cosas pasaron, y mis padres estaban furiosos... y bueno, cuando les dije que regresamos, ellos me dijeron que pensaron que lo gay era una etapa, pero que lo peor era que yo había vuelto con Tae aunque ya me había dejado una vez.- contó el pelinegro con una mueca.