CAPÍTULO 28: SARAH HARRIS

4.5K 165 2
                                    

Después de dos semanas trabajando en la editorial llego a casa agotada. Entre las clases y el trabajo apenas tengo tiempo libre para mi. Lo bueno es que gracias a pasar tan poco tiempo en casa apenas veo a Nick, algo que necesitaba muchísimo. A veces nos cruzamos en el Campus o cuando vienen a casa, los dos nos evitamos, no nos saludamos y casi ni nos miramos. A veces me apetece llamarlo, tocarlo o mirarle pero sí que si lo hago no podré evitar acercarme a él.

Adaptarme al trabajo me resultó muy fácil gracias a Jayden, es un compañero excelente y poco a poco se está convirtiendo en un buen amigo.

Aún no puedo creerme que vaya a ir a Miami a pasar cuatro días en primavera con Cassie y Noah, tengo muchas ganas de ese viaje, nunca fui a Miami y siempre he querido ir.

— Hola—digo cuando entro en casa. Como nadie responde intuyo que Noah no está.

Estoy tiritando por el frío y no me siento bien, me tomo la temperatura y tengo fiebre. La verdad es que llevo unos días con resfriado pero no podía permitirme faltar ni al trabajo ni a clase. Decido prepararme una sopa y meterme en la cama.

No sé el tiempo que ha pasado cuando suena el timbre, decido ignorarlo pero insiste, me levanto creyendo que quizás sea Noah. Todo me da vueltas y no consigo llegar a la puerta, me caigo en el suelo y el timbre vuelve a sonar. Intento llegar a la puerta pero no consigo hacerlo sin caerme, todo me da vueltas y estoy sudando, conseguí ponerme el termómetro y veo que tengo fiebre muy alta. Creo que voy a vomitar y llegar al baño va a ser imposible, intentó pedirle ayuda a la persona que sigue tocando el timbre pero mi voz no sale y siento un dolor agudo en la zona lumbar.

Me doy cuenta de que me he quedado dormida en el suelo después de vomitar cuando el sonido de las llaves abriendo la puerta me despierta, nunca pensé alegrarme tanto de ver a Noah.

— ¡SARAH!— grita alguien pero no consigo ver con claridad quien es. No es Noah porque su voz es más grave, quizás sea Jace que ha entrado con las llaves de Noah.

— ¡Sarah! Despierta — dice, intento abrir los ojos pero no puedo. Me gusta su tacto, me produce un escalofrío y sus manos son muy suaves.

Siento como me coge en brazos y me desnuda para meterme en la bañera. Cuando mi cuerpo toca el agua me parece que está congelada, gruño e intento gritar para que me saque de ahí pero creo que de mi boca no sale una palabra, soy incapaz de abrir los ojos.

— Cinco minutos más nena—dice y no sé si porque ya estoy recuperando la consciencia o es que ese "nena" es inconfundible. Nick. Genial.

Poco a poco voy abriendo los ojos y me encuentro con los de Nick mirándome con preocupación, intento incorporarme pero estoy demasiado cansada y el agua helada no me ayuda.

—Esta muy fría— gruño

—Ven aquí, vamos a salir— dice Nick mientras me coge para sacarme de la bañera. Estoy desnuda y me siento tan expuesta...no quería que me viese así ni siquiera debería ser él quien estuviera aquí.

— Sarah, estabas ardiendo tenías demasiada fiebre y te vomitaste encima ¿por qué no llamaste a alguien? Si no llegó a venir no sé hasta cuando estarías tirada en el suelo inconsciente... debería llevarte al médico—dice y por su voz noto preocupación 

— Solo es un resfriado... puedes ir a la farmacia a por medicinas — murmuro autoconvenciendome de que probablemente sea solo un resfriado 

— No Sarah, tenías casi cuarenta de fiebre cuando te encontré...eso no es un resfriado. Vamos ponte esto—dice

—Qué mandón — digo. Genial, la fiebre me hace delirar y decir gilipolleces

— Vamos —dice Nick mientras me sube al coche, no recuerdo ni cómo salí de casa ni lo que llevo puesto. Sé que sigo con fiebre porque me quedo dormida constantemente.

Cuando llegamos al hospital escucho a Nick hablando con alguien.

— Sarah Harris— llama alguien e intuyo que es hora de entrar en consulta pero sigo medio inconsciente apoyada en el hombro de Nick 

— Su amigo dice que tiene fiebre alta y tos... ¿algo más?—dice mientras noto como una enfermera me saca sangre. Como no puedo ni hablar le señalo la garganta, la cabeza y la parte lumbar de la espalda...la zona de los riñones.

— ¿Le duele la garganta, la cabeza y la zona lumbar?— pregunta y yo me limito a asentir.

Cuando despierto me encuentro desorientada y veo que estoy en la habitación del hospital y Nick está a mi lado en un sillón.

— Hola— dice mirándome

— Me duelen los riñones—digo. Por fin puedo hablar y ser consciente.

— Voy a llamar al doctor— dice mientras sale por la puerta. Dios, que mal me encuentro.

Un par de minutos después aparece un doctor con Nick.

—Sarah, ¿Qué tal se encuentra?— pregunta

— Mal— gruño y veo como el doctor sonríe, le hago gracia, genial.

— Tienes un buen resfriado pero lo más preocupante es la infección de orina que se diseminó al riñón por no haberla tratado, supongo que no tuviste síntomas y por eso avanzó tanto, por eso la fiebre tan alta. Podrás irte a casa en un par de horas y deberás tomar antibiótico durante doce días y unas cuantas pastillas para el resfriado. Además, deberás permanecer en reposo al menos una semana y cuidar mucho tus riñones. Como sé que trabajas y estudias te he preparado un informe médico para que entregues. Ahora descansa— dice antes de salir por la puerta

— Nick, necesito agua—digo y enseguida me pasa un botellín de agua.

— Me has dado un susto de muerte Sarah, cuando te encontré pensé que estabas casi muerta joder...— dice pasándose una mano por el pelo

—Estoy bien...solo cansada— digo sonriendo

— El doctor dice que la infección es muy seria pero te pondrás bien si te cuidas, así que por favor prométeme que no vas hacer ninguna tontería y vas a estar en casa haciendo reposo —dice y yo asiento. Con esté dolor que siento en los riñones dudo mucho que pueda hacer algo aparte de quejarme.

Nick me agarra la mano y me estremezco con su tacto, aprieto mi mano contra la suya y noto como me acaricia la piel mientras me duermo. Me recuerda al día que terminé aquí por culpa de Trish.

El doctor vino para darme el alta y cuando salimos del hospital ya es de noche, Nick me ayuda a sentarme en el coche y a bajarme para subir a casa.

— ¡MADRE MIA SARAH! Estábamos muy preocupadas por ti — dice Noah con lágrimas en los ojos

— Estoy bien--- digo

—No, no lo estás. Mírate—dice preocupada 

—Tienes que descansar— dice Nick mientras yo me meto en la habitación. Necesito tumbarme.

— Gracias... por todo— digo y Nick asiente antes de salir por la puerta

Antes de dormirme me tomo el antibiótico y un ibuprofeno para la fiebre y el dolor. Ojalá mañana me encuentre mejor. 

Enamorarse nunca fue fácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora