CAPÍTULO 41: NICK WALKER

8K 242 24
                                    

Dos años después 

Después de que Sarah se graduó y se hiciese socia de la editorial decidimos comprar un dúplex en pleno corazón de Nueva York para formar una familia, queríamos algo que fuese nuestro y que llevase nuestra marca personal. Después de meses buscando encontramos nuestro hogar, un dúplex de tres habitaciones, dos baños, una cocina preciosa y un salón todavía más alucinante con una gran ventanal. Sin duda y lo mejor es que tenemos una terraza de jardín lo bastante grande con una piscina más que suficiente. El piso estaba sin amueblar excepto la cocina y los baños, era justo lo que queríamos para decorarlo a nuestra manera. Tardamos un año en tenerlo todo listo para entrar a vivir pero la espera mereció la pena. 

Unos meses después nos enteramos que de que Sarah estaba embarazada, no era algo que habíamos estado buscando pero no nos importó en absoluto, de hecho fue una emoción enorme saber que íbamos a traer al mundo un bebé que sería parte de los dos. Me cuesta creer como se puede llegar a querer tanto a alguien que aún no conoces. 

Sarah dio a luz hace apenas dos meses y Leah llegó a nuestras vidas para ponerla patas arriba de la manera más bonita posible, otra vez la vida enseñándome que el amor a primera vista existe, me enamoré de esas pequeña en cuanto escuché su primer llanto. Es una niña preciosa, tiene los ojos de un color verde especial, una mezcla de mi verde claro y el intenso verde de Sarah. El pelo castaño como su madre y la piel oscura como yo. 

Nuestros respectivos trabajos marchan sobre ruedas, nada podría ir mejor. La empresa de mi abuelo, que ahora es mía gracias a la innovación está siendo un boom mayor de lo que ya era. Sarah es directora de la editorial y le va muy bien, además creo una pequeña marca de joyas que vende de forma online junto con Cassie. 

Noah y Jace tienen a dos pequeños terremotos mellizos, eso sí que fue una sorpresa. 

Kim y Valentino se fueron a vivir a Malibú a una casa frente a la playa. 

Liam y Cassie viven cerca nuestra en un pequeño pero bonito apartamente. 

Jake y Joanna también van a tener un bebé pero aún no saben el sexo. El capullo de Jake sigue siendo el mismo de siempre. 

Lo peor de dejar de ser un universitario es que los caminos de las personas que quieres se bifurcan y ahora cada pareja tiene su vida pero nos prometimos no dejar de ser nunca lo que siempre hemos sidos. Por eso, un finde cada quince días quedamos para comer y pasar el día juntos, Kim y Valentino aunque estén lejos intentan venir o alguna vez vamos nosotros. A los demás los vemos a menudo, quedamos para tomar una cerveza o simplemente vernos. A Liam y Cassie los vemos todos los días, la relación de Liam y Sarah sigue igual que siempre o incluso mejor. 

— Ya se ha dormido — susurra Sarah mientras observa con detenimiento el salón. Mientras bañaba y dormía a Leah le preparé una sorpresa, una cena con un buen vino y llené el salón de velas aromáticas. 

— ¡Vaya!— dice 

Charlamos, nos besamos y disfrutamos de la noche hasta que escuchamos a Leah llorar. 

— Voy a buscar a esa granuja — digo corriendo a la habitación 

— Hola pequeña, papá estaba apunto de hacer el amor a mamá pero tu eres mucho mejor que eso — digo acunándola en mis brazos y llevándola conmigo al salón 

La coloco sobre una mini-cuna que tenemos en el salón para cuando está con nosotros, le hacemos carantoñas hasta que se vuelve a dormir en los brazos de Sarah y yo contemplo la imagen para grabármela a fuego en mi cabeza para el resto de mis días. Nunca pensé que podría ser tan feliz,  que lo tendría todo en la vida y que me sentiría tan lleno. Tengo mi hogar y mi propia familia aunque no me importa nada más que las dos mujeres que tengo a mi lado, ellas son mi hogar. 

El mes que viene Sarah y yo nos iremos de viaje a las Maldivas otra vez, pero esta vez quince días, nos da un poco de pena dejar a Leah tan pequeñita con Anna y Ben pero estará bien aunque la vayamos a echar muchísimo de menos. 

— Te quiero— dice Sarah mirándome con esos jodidos ojos verdes que me cautivaron desde el primer momento 

— Y yo nena —digo 

Así es el amor, entra en tu vida como un huracán y lo arrasa todo a su paso y yo no puedo estar más feliz. 

Te quiero Sarah, es imposible no hacerlo. 



Enamorarse nunca fue fácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora