Capítulo III: Gotham City

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When thunder clouds start pouring down
Light a fire they can't put out
Carve your name into those shinning stars
He said, "Go venture far beyond the shores.
Don't forsake this life of yours.
I'll guide you home no matter where you are."

The Nights, Avicii
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-¿Estás segura de esto?- Sally quería confirmar que su hija estaba completamente decidida con lo que estaba a punto de hacer.

-Si mamá, ya hablamos de esto- Percy compuso una mueca divertida al darse cuenta de los nervios de su progenitora.

Una suave brisa otoñal empezó a soplar en el andén de la estación Pensilvania, haciendo que el cabello de ambas mujeres se moviera suavemente mientras esperaban, junto al resto de pasajeros, al tren.

-Recuerda que tienes que llegar hasta Filadelfia, allí coger la linea Market-Frankford, después coger el PATCO y cuando te bajes, la guagua hasta Gotham. Recuerda buscar hotel para las primeras noches y comer algo durante el viaje porque es muy largo y-

-Ya, ya, Sally, tranquila- Paul rió cuando Percy, angustiada, le lanzó una mirada que claramente decía «ayúdame». -Ella ya es mayorcita y sabe lo que tiene que hacer-

-Eso- la muchacha señaló a su padrastro con evidente alivio en el rostro -es cierto. No puede ser algo más peligroso de lo que ya he vivido ¿Verdad? Además, llevamos semanas planeando esto y, por si no te acordabas me diste un libreta con todas las indicaciones de lo que tengo que hacer- se puso una mano en el pecho dramáticamente -porque no confiabas en que lo recordara-

Sally soltó una risita a la vez que se le llenaban los ojos de lágrimas.

-Solo...- respiró hondo -prometeme que tendrás cuidado-

-Lo prometo-

A lo lejos se escuchó el silbido del tren, que se iba acercando lentamente a la estación. Los futuros pasajeros fueron situándose cerca de donde, se suponía, pararía el tren.

Cuando Percy fue a despedirse de sus padres unos brazos rodearon repentinamente el cuello de la chica, casi dejándola sin respiración. Tanto Sally como Paul se habían lanzado hacia ella, aún teniendo a la pequeña Estelle en brazos, y ahora la abrazaban con mucha fuerza.

-No....- a Percy le costaba un poco hablar -puedo....respirar-

Ambos se separaron un poco de ella para permitirle corresponder el abrazo, que duró un minuto entero. Cuando finalmente se distanciaron, a Percy apenas le dió tiempo de darle un beso a cada uno en la mejilla y hacerle unas pocas cosquillas a su hermanita puesto que el tren estaba a punto de partir.

Corrió hacia el vehículo muy rápido, teniendo en cuenta que llevaba una maleta tan grande como pesada. Llegó a subir unos segundos antes que se cerraran las compuertas y, aún jadeante por la carrera, se dispuso a buscar un compartimento libre. Encontró uno en el que apenas había gente, solo una mujer mayor sentada cerca de la puerta, muy concentrada en el jersey que estaba tejiendo, y una pareja joven con un niño pequeño.

Puso su maleta en la rejilla portaequipajes y se sentó debajo de la ventana.

Debido a que el paisaje no le resultaba para nada interesante y por causa de su THDA, su mente comenzó a divagar acerca de lo que ocurría tanto fuera como dentro del tren hasta que se detuvo y, como si de una película se tratara, inició una reproducción de lo ocurrido en las últimas semanas. La semana siguiente al destierro, que no pudo evitar pasar llorando y deprimida.

Recordó como quitó todas las fotos y recuerdos que tenía en su cuarto con sus antiguos amigos. No las tiró, las guardó en cajas porque, para bien o para mal, habían formado parte de una etapa muy importante de su vida y de su desarrollo como persona. Pero en esos momentos no podía ver todas esas fotos y recuerdos sin tener ganas de llorar de nuevo. Se dijo a si misma que lo superaría y que algún día volvería a poner esas fotos en su cuarto, y ya no pensaría en nada más que los buenos momentos.

La segunda semana fue "mejorando" poco a poco, sonreía más y empezó a salir de casa, aunque fuera solo para comprar o pasear con Estelle un par de veces. Ahí fue cuando se dió cuenta que toda Nueva York le traía recuerdos, unos que en ese momento no le iban a hacer nada bien y es por eso que empezó a sopesar mudarse a otro estado. Por lo menos hasta sentirse preparada para afrontar su pasado.

En esa semana también decidió que continuaría sus estudios, cursando último año de preparatoria para después entrar en alguna universidad. Incluso miró alguna que otra carrera que podría interesarle.

Celebró, sobre todo por insistencia de su madre, su decimoséptimo cumpleaños. Nada demasiado ostentoso: una pequeña fiesta, si es que se le podía llamar así, en la que Sally Paul y Percy se dedicaron a jugar a juegos de mesa y a comer tarta azul, palomitas azules y golosinas azules hasta que no pudieron más.

En las siguientes tres semanas decidió que iría a la escuela pública de una ciudad llamada Gotham. No recordaba por qué escogió precisamente esa ciudad. Puede que fuera porque le llamó la atención que nunca hubiera oido hablar de ella o porque le pareció que estaba lo suficientemente lejos y a la vez cerca por si ocurría cualquier cosa.

También reservó la última semana, y con ayuda de su madre, plaza en un hotel durante toda una semana y a partir de ahí buscaría un apartamento o una casa en la que alojarse.

Recordó lo mucho que le costó convencer a su madre que lo mejor en ese momento era estar lejos de ahí y el problema que tuvo para encontrar una forma con la que poder comunicarse con Sally y Paul. Al final decidió que le daba igual y se compró un teléfono. Total, más problemas no le podían dar. Aprendió a usarlo, con bastante dificultad cabe resaltar, pero por lo menos sabía llamar y utilizar la cámara y los mensajes.

Así pasó la primera hora del viaje, pérdida en sus recuerdos. Bajó del tren en la estación de la calle 30, ya en Philadelphia. Caminó un par de calles para después coger una guagua y más adelante un Greyhound que la llevaría hasta su destino final después de unas cuantas horas de viaje, la misteriosa y tenebrosa Gotham City.

Percy estaba dispuesta a olvidar los malos momentos y a crear nuevos recuerdos que fueran dignos de recordar. Al fin y al cabo, tenía diecisiete años, estaba en una época en la que debía disfrutar y aprovechar todas y cada una de las posibilidades que le ofreciera la vida.

Percy lo había perdido prácticamente todo, pero ahora tenía la oportunidad de tener esa vida normal que tanto había ansiado desde que tenía doce años. De ser una persona más, no tener que cargar con el peso del mundo sobre sus hombros. No ser una heroína, no una líder. Simplemente Percy. Tenía la oportunidad de expresarse con libertad, de ser ella misma de una vez por todas.

Y no iba a desaprovecharla.

La canción no pega mucho pero es la única que se me ocurría y le encanta Avicii así que

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La canción no pega mucho pero es la única que se me ocurría y le encanta Avicii así que....

Espero que les haya gustado 🙃

Family→PJO y la liga de la justiciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora