💖~JUNTO A TI ~💖 [FREDEDD]

🌞 una nueva oportunidad 🌞

Sintiéndose ambos un poco mareados, los dos pelinegros, aparecieron en un lugar completamente blanco e iluminado, cuyo ambiente era más ligero, y te hacía sentir tranquilo y seguro, ese lugar era tan parecido y al mismo tiempo todo lo contrario al lugar anterior, lo único que se podía observar, eran alrededor de 36 máquinas en forma de capsula y con un colchon y una almohada azul en el interior, muy parecidas a la que se encontraba en casa de Mili y Lola, con la diferencia de ser de color blanca en lugar de plateada y estar hecha de un material diferente.

—¿Dónde estamos?— preguntó el joven, su voz sonaba rasposa por el dolor que sentía y entrecortada por la ansiedad que le recorría su ser de pies a cabeza.

—En el reino de las luces— contestó la joven, mirando con dolor como la figura de su compañero no paraba de parpadear.

—¿Reino de las luces?— cuestionó el joven mirando a la chica con recelo, y pensando seriamente en soltar su mano y correr hasta donde pudiera, sin importar las consecuencias aunque no pudo hacerlo porque unos segundos se vio obligado a cerrar sus ojos, mientras llevaba su mano izquierda a su boca tratando de aguantar la bilis que sentía en su garganta.

—Si, este mundo está conformado por opuestos, este reino es el opuesto del lugar en el que te encontrabas— explicó ella, sintiendo ansiedad y temiendo que el otro entre en pánico, por lo cual apretó más su agarre para posteriormente dirigirse a la máquina 33 y abrirla— Acuéstate aquí rápido.

—¿Para qué?¿Dónde están Mai y Puppet?¿Qué es exactamente eso del reino de las luces y eso de las sombras?— preguntó rápidamente el azabache tratando de soltarse con la poca fuerza que tenía.

— Tranquilo— dijo mientras ponía el dedo índice de su mano izquierda en la boca del pelinegro. —Necesito que te acuestes para curarte, Mai y Puppet están haciendo funcionar la máquina, en cuanto a tu otra pregunta, ya habrá tiempo para explicártelo.

— ¿Por qué me quieres ayudar?, yo no lo valgo — no pudo evitar que algunas lágrimas negras salieran de sus ojos.

— Digamos que, somos más parecidos de lo que crees — sonrió amablemente al terminar de decir esas palabras y jalo a Fred a un cálido y reconfortante abrazo que trataba de transmitirle su apoyo. — No pienses esas cosas sobre ti, ignora esos pensamientos negativos  , no hay nada que temer, te prometo que tu sufrimiento terminará solo por favor entra en la máquina— habló lo más rápido que pudo.

Sin soltarse del abrazo Fred miró la máquina y luego a Mili —¿Es seguro?

—Por supuesto, no hay de qué preocuparse —su voz era suave y llena de calidez cuando pronunció esas palabras.

Fred noto al instante que ella estaba intentando ganar su confianza y de verdad quería ayudarlo, sin embargo no lo entendía apenas se acaban de conocer o al menos es lo que le gustaría creer, después de toda Mai y Puppet lo vigilaban, un escalofrio le recorrió la espalda al pensar en que varias personas pudieron verlo en sus momentos más vulnerables o peor cuando cantaba canciones de desamor vergonzosas que escuchaba cuando su vecina se ponía a limpiar y se las dedicaba en secreto a su amado, "por favor que no hayan escuchado eso" pensó.

Por otro lado Mili llevó su mano al bolsillo derecho de su falda, estaba pensando en sacar la jeringa que traía y ponerlo a dormir, para arrastrarlo a la máquina, no podía perder más tiempo, iba hacerlo hasta que vio a su compañero mover la cabeza de un lado al otro y con determinación se apartó del abrazo, camino hacia la máquina y trato de subirse a ella.

—¿Duele? — preguntó mientras intentaba subir, escuchando el suspiro de alivio de la joven.

—No, para nada— contestó mientras lo ayudaba a subir —Se siente como tomar una siesta en un día invernal rodeado de mantas suaves y calientitas, escuchó un murmullo de su acompañante "gracias a dios" se notaba que tenía miedo de sufrir, después de lo que pasó con su portador, no quería más dolor.