cap 13

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Narra: Kalevi.

Se que estos últimos 6 meses no e hecho nada bueno, el solo echo de pensar que mate a Miles de personas me carcome por dentro.
Aunque ahora se el verdadero propósito que la madre naturaleza me despertó como un guardián no borra el que haya cometido algo atroz
¿Y si Jack me odia?, quizás sea encerrado y con el tiempo olviden que me han dejado en ese lugar.
Tengo miedo, si Joki me viera estaría avergonzado de mi, le prometí que haría lo imposible para que todos supieran y aprendieran a convivir con los animales al igual que protegerlos, tome una medida extrema.
Soy un monstruo.

Escuché como alguien se acercaba pero estaba muy ocupado llorando.
–con que aquí te ocultabas– trate de safarme pero era inútil, es como si mi subconsciente quería estar ahí.
–tal vez con un beso de un dulce príncipe el pequeño príncipe vuelva a la normalidad– dijo mientras me sostenía
Me puso a la altura de su rostro plantando un beso inocente
–se que los errores no se borran pero se aprende de ellos y yo estaré todo el tiempo para ti Kalevi–

Volví a mi forma humana
–Jack yo soy un idiota, si solo no me hubiera dejado llevar por mi irá, nada de esto hubiera pasado–
–no eres un idiota, pero ahora estaré para ti y te ayudare–
–¿Cómo puedes decir que no soy un idiota? Tienes razón, no soy un idiota, ¡Soy un monstruo!– lágrimas salían pero de una manera calmada
–tienes razón, eres un monstruo pero en algún punto todos cambian, yo y los demás te ayudaremos–
Me aventé sobre el llorando mientras apretaba mi capa, el solo se limitaba en acariciar mi cabeza y finalmente me quedé dormido.

Narra: Jack

–¿Que piensas hacer?–
–me haré cargo, lo ayudaré a enmendar su error–
–aunque me entristece decir esto, estoy segura que contigo el aprenderá a no culparse–

Narra: Kalevi

Desperté en una cama mientras era rodeado por los brazos de Jack, nunca me gustó el frío pero al estar con el se siente como si me refugiara, eso sentí desde la primera vez que lo abrace o bueno lo olfatie, recordar eso me puso algo apenado
–veo que has despertado– di un pequeño brinco
–¡No me mires!– dije para después esconder mi rostro sobre su pecho
Sin querer comencé a olerlo
–estas acechando a tu presa ¿Otra vez?– ahora yo era el que se parecía a una talvi omena
–l-lo siento, no fue mi intención– le dije mientras lo miraba a los ojos pero el tomo mi menton para acercarnos dándome un beso apasionado
–eres lindo cuando te sonrojas–
–no digas cosas que dan pena– dije mientras nuevamente hundía mi rostro en su pecho

El origen de la confusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora