El origen de la confusión

cap 10

Narra: Kalevi

Nuevamente estábamos en la casa del niño y una dalgo se me acercó y se inclinó.
~pense que los humanos no eran de su agradó~ dijo mientras daba vueltas a mi alrededor
–no lo son, pero tengo que arreglar un problema– Jack cargo al niño pero ambos nos miraban raro
~espero que algún día entienda que no todos los humanos son malos~ suspiré  y de mi corona se formaban espinas y capullos aparecían
–el día que ocurra eso dejaré de usar capa– se limito a gruñir por debajo

–mmn ¿Entiendes de qué hablan Jack?–
–no, pero será mejor no saberlo, se ve molesto–
–no estoy molesto, simplemente me he aburrido de lo que dicen los animales domésticos– Jack dejo al niño sobre la cama y se acercó a mi
–okey, será mejor que nos retiremos–
–bien, te sigo– el tomo mi mano y después mi cadera, haciendo que viento nos lleve.
–sabes, puedo volar–
–lo se pero me gusta estar contigo– me sonroje pero llegamos así que me salve

–bien vamos– seguí a los guardianes donde había un planeta enorme
Luna apareció.
–se puede saber por qué dijiste que los guardianes me ayudarían– todos se sorprendieron al ver qué fui el primero en hablar
–espera Dyreverge, no nos comentaste eso–
–sabes muy bien que no soy un peligro para tu amada humanidad– los guardianes veían como luna y yo discutíamos
–si y no me importa, sabes muy bien que en 260 no me acerque a nada que no fuera un animal hasta ahora– mi cabeza comenzó a sangrar ya que mi corona era espinas con rosas
–dime luna, estás celoso que no eres el único con poder de despertar y comandar a los espíritus, sabes que ella es más justa que tú, no importa que o cuando ella siempre contesta– me aleje para irme, los Jetis me miraban pero no intentaban acercarse

–¡Kalevi! Espera– lo espere
–¿A qué te refieres?– suspiré y me aleje hasta salir a la nieve
–traes malos recuerdos– a lo lejos vi como se acercaron dos lobos de la manada
–hola chicos– ellos comenzaron hablar pero no les entendía
–uno a la vez por favor–
~unos cazadores mataron a madre~ me quedé en shock dejándome caer en la nieve
–como si tenía una grenblad de mi corona–
~cuando la encontramos no la tenia~ debieron quitársela cuando la capturaron
–siganme– entramos nuevamente

–¡¿Quién le quitó el collar a nuestra alfa?!– los guardianes me miraron
–¿Que ocurre Kalevi?–
–uno de tus amigos le quitó el collar a nuestra alfa ¡¿Quién fue?!–
–fui yo, aún lo tengo– hada se quitó el collar
–por tu culpa la han matado– uno de los lobo le gruñía y el otro lamía mi mano para tranquilizarme.
–no, no era mi intención–

~ella miente, no lo siente ¡Matemos la!~
–aunque estoy de acuerdo contigo, lastimosamente no podemos hacerlo, pero se cómo–
Jack se acercó y puso su mano sobre mi mejilla, su rostro y sus latidos demostraban lo preocupado que está.
–kalevi, tus rosas son negras– tome una sin importar las espinas, empuje levemente a Jack
–hada, nunca podrás engañar a un lobo, y aunque me hubiera encantado no hacer verdad las mentiras de luna, pero tu amiga ha derramando el vaso de mi tolerancia–
–a que te refieres muchacho–
–a esto– deje caer la rosa de color negro con destellos de mi sangre
–volvamos con la manada– salimos he hice algo que nunca había echo antes, tome un pétalo abriendo un portal a casa.

Los guardianes corrieron detrás de nosotros pero comenzó una tormenta de nieve que les dificulta vernos, Jack arrojaba ráfagas de hielo pero no le servía de nada.
Pasamos el portal, llegamos y todos rodeaban el cuerpo, limpie mis lágrimas y la enterramos cerca de una cascada.
–bien, nombraré a dos alfas, madre ya lo tenía decidido, pero en vez de que ambos protejan la manada uno estará conmigo, necesitaré su ayuda–
Me aleje de ellos, pero uno de los alfas me siguió, necesitaremos acelerar esto.