2. "Momentos para atesorar"

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Areen tenía razón.

Algo estaba pasando. Pero no sabía exactamente qué.

Elsa pasó el resto del dia encerrada en la biblioteca, esperando encontrar algo que fuera referente a una voz cantando.

Releyó los libros sobre mitos, leyendas, historias. Todo lo relacionado a magia que pudiera encontrar.

Podía tratarse de una sirena, esas criaturas míticas que atraían a los navegantes con sus cantos. Elsa lo consideró unos minutos antes de mandar a llamar al encargado de la tripulación naviera y a al vigilante del muelle al castillo para preguntarles si habían visto o escuchado algo raro sobre el fiordo.

Los hombres que antes habían estado preocupados por la cita repentina con la reina, negaron rotundamente escuchar o ver algo en el mar cercano. Y aseguraron que estarían pendientes de cualquier cosa extraña sin saber a qué se debía aquello.

Y asi Elsa volvió a quedarse sola, había pasado otro par de horas leyendo hasta que finalmente decidió tomar un descanso, y se encerró en su cuarto.

Una vez allí, se dirigió a su baúl de cosas personales y de ahí sacó la chalina que una vez fue de su madre, para sentirse un poco calmada y se sentó frente a su ventana, mirando todo lo de Arendelle que su perspectiva le dejara visualizar perdiéndose en la belleza de su pueblo.

Y alguien tocó su puerta.

Elsa abrió sus ojos de par en par, encontrándose con el paisaje de afuera de su castillo teñido de colores naranjas y morados. Frunció el ceño extrañada entonces.

¿Pero en qué momento se había quedado dormida?, ella no podía decir.

Alguien volvió a tocar su puerta, y la reina de Arendelle se volvió de inmediato.

—Elsa, soy Anna —era la voz de su hermana

—Pasa... —respondió la mayor de las hermanas.

La puerta se abrió, y Anna entró de inmediato, parecía algo inquieta, pero cuando su mirada se posó en su hermana mayor, la chica pareció resignarse.

—Sí, algo está mal —dijo la menor, caminando hacia ella.

—¿Contigo? —preguntó Elsa levantándose de su lugar.

—No, contigo —respondió Anna acercándose a ella— Sólo usas la chalina de mamá cuando piensas que algo está mal.

Elsa miró fijamente a su hermana menor, y entonces comprendió.

—Areen te dijo... —asumió la rubia.

Anna asintió, frunciendo los labios con algo de pena.

—Elsa, si algo está pasando conmigo sabes que puedes decirme —dijo su hermana mientras la tomaba de los brazos— ¿Hay algo mal?, ¿E-estamos haciendo algo mal?, debe ser eso. ¿Por qué otra razón no querrías estar pasando más tiempo con nosotros?

Anna empezaba a hablar con ella misma ahora, a lo que Elsa rápidamente frunció el ceño extrañada.

—¿Que?, no... —Elsa la detuvo— No están haciendo nada mal. Anna, no estás haciendo nada mal.

—¿Y entonces qué es lo que ocurre? —preguntó la menor.

Anna la miraba realmente preocupada Elsa abrazó un cojín de su cama con nerviosismo.

—Es que hay... —dijo pero se reprimió— Sólo no quiero estropear las cosas.

—¿Estropear las cosas? —preguntó Anna— ¿De que hablas Elsa?, lo estás haciendo genial. Pudiste controlar tu magia y descongelar Arendelle, haces grandes tratos comerciales, todos te quieren, sin mencionar que nos salvaste de la hermana loca de Areen hace un año y medio.

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⏰ Última actualización: Jul 30, 2023 ⏰

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Hacia lo desconocido [Corazón de Hielo 1.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora