𝐂𝐔𝐀𝐓𝐑𝐎 - GENUINO

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"Si pudiera hacer algo por ti,
lo haría sin importar qué".

"Oppa, Channie oppa", molestó al mayor luego de ver como una bonita chica se le confesaba por ser justamente el día de los enamorados, jalando de su chaqueta para besarlo sin pudor, pasando sus manos alrededor de su cuello.

Casi posesivo y caprichoso terminó por morder su grueso labio inferior, únicamente para robar un jadeo al castaño, cosa que consiguió, para luego mirarla por sobre su hombro con una sonrisa ladeada, satisfecho. Ella hizo una mueca de desagrado que ignoró y volvió la mirada a esos brillantes ojos cafés.

Por alguna razón le había molestado un poco el atrevimiento de la chica, pero estaba claro que no era cercana a Bang, todo su círculo de amigos estaba enterados sobre su relación.

Al principio se sintió mal por ella, cuando Chan informó que tenia pareja después de rechazarla, sentimiento que descartó por la descarada mirada de recelo que envió hacia él. Se sintió bien presumir de su tan bonito novio, ¡carajo! Le encantaba ser el único con el privilegio de tener a ese chico lindo.

Estaban fuera de la universidad donde asistía Chris, él estudiaba producción musical y audiovisual, estaba a mitad de carrera casi. Changbin creía que era absolutamente interesante, más aún cuando escuchaba hablar a su novio con tanto entusiasmo.

O simplemente era que amaba escuchar la voz de aquel castaño tan encantador e interesante. Su voz alegre, marcando sus hoyuelos en cada palabra, sus manos moviéndose en ademanes del aire a su laptop.

Suspiró soñador viendo su perfecto perfil.

Desde la pequeña disputa, Changbin se esforzó para dejarse llevar, intentar ser demostrativo y cariñoso, se vio a sí mismo comportándose así inconscientemente y le gustó, algo natural, tan genuino. Ser y decir lo que él quería, sin filtro y debatir si se daba el caso.

De hecho ese día tenia planeado una cita.

Estaba feliz y quería celebrar el avance que había obtenido su relación, de una forma mucho más sana y comunicativa. Si antes amaba locamente a Chris, ahora lo hacía aún más si era posible tal cosa.

"Esos son... ¿Celos?" Rodeó la cintura del más bajito para acercarlo a sí y morder su mandíbula, escuchando a la perfección aquél jadeo del contrario. 

Otra característica que actualmente era más natural y placentera era el sexo. Descubrieron que les gustaba probar cosas algo... extravagantes.

"Claro que no, de todas manera es conmigo con quién duermes, a quien besas y dices tontas cosas cursis ¿No, oppa?" Para el fin de la oración volvió a usar una irritante voz chillona, haciendo algunos ademanes que sigan a juego con su aegyo.

"Te amo", sentenció sin más, ligeramente y natural, haciendo saltar el corazón de Changbin, con esa estúpida sonrisa ladeada tan perfecta.

Dios, ¿cuál era su problema? Se preguntó la voz interna de Seo, alterada. Si seguía haciendo eso podría ser su razón de muerte. ¿No se daba cuenta todos los efectos que causaba?

"Yo te odio", murmuró, escondiendo su rostro en el pecho del mayor para disimular su sonrojo, devolviendo el ataque con simplemente subir la rodilla hasta su entrepierna con cuidado, para presionar levemente. Le gustaba molestar a su novio de esa forma descarada, aún mas desde que éste le confeso lo mucho que lo ponía que lo haga. Era como la más perfecta melodía los jadeos de Bang.

Se separó cortando todo contacto, puesto que si seguían con sus juegos sucios no llegarían donde Changbin que ir.

Pero realmente jamás llegaron.

A medio camino la calentura les gano y terminaron con un camino de ropa suelta por el piso hasta la habitación del menor. Eran un desastre, pero era compresible, no se veían hace mucho tiempo, ya que la semana de finales para el mayor lo mantuvo ocupado.

Seo sólo quería más, más y más de él, sin saciarse jamás.

Entonces volvía al mismo panorama tan memorable, con aquél etéreo castaño desnudo en su cama de sábanas marfil, alumbrado por la luna que acentuaba cada facción y era perfecto, tanto que lo hizo suspirar. Con el dedo índice fue desde su espalda baja recorriendo toda la espina dorsal hasta llegar a la nuca, finalmente su mano enterrándose en los cabellos desalineados. 

Amaba explorar el cuerpo de Christopher y poder memorizar cómo se siente bajo su tacto cada textura, como en ese momento, acariciaba con delicadeza los abultados labios carmesí.

"Yo también te amo, idiota", confesó en un suspiro, ya que éste dormía, dejando un suave beso en su mejilla.

Ese hombre le había enseñado muchas cosas y tan sólo verlo a su lado relajado era algo maravilloso.

Oh, verlo tan tranquilo y cómodo le alegró el corazón agitado, por lo que se acurrucó contra él en busca de un abrazo que rápido consiguió, apoyando la cabeza en el torso de Bang cuando se dio la vuelta acostado boca arriba.

Oyó su corazón fácilmente, el palpitar y se extrañó... éste fue más constante y rápido.

"Quiero vivir contigo, Changbin", la voz ronca resonó en la habitación silenciosa, dejando helado al antes mencionado rubio.

¿Era correcto, más allá de sólo llevar ocho meses de relación? No lo sabía, pero quién era él para privarse tener a ese bonito australiano deambulando por los ambientes del departamento, poder abrazarlo cuando se le diera la gana, dormir acurrucado en las noches más frías, entre otros típicos detalles que quería experimentar.

Claro no diría aquello y duró molestando al mayor dos semanas antes de aceptar la propuesta. No supo si fue peor para él, el resistirse a los pucheros caprichosos y ojitos de cachorro de Bang o... no, no había otra opción, fue absolutamente difícil querer ser indiferente.

Era extraño todavía acostumbrarse al afecto que Chan le proporcionaba, porque nunca había tenido algo así, tan especial y bonito. Sus padres eran personas extremadamente frías e insensibles, que estaban tan absorbidos por el dinero y la burocracia que parecían máquinas dispuestas únicamente para el trabajo de oficina, pero Chris le mostró un mundo nuevo, que aunque hubiera fallas, parecía tan cómodo y correcto, lejos de su mente auto-destructiva. Algo... sublime, que quería disfrutar a cada momento mientras le fuera posible.

"Bien, idiota, Ggyu y yo te recibimos en casa", murmuró al aire, en la habitación oscura con olor a sexo.

"Que sucio de tu parte, tener que recurrir a persuadirte con sexo, pero me conformo... dile a tu peluche que fue reemplazado desde hoy."

"Soy un hombre débil a tus encantos y en realidad suena bien eso de tenerte aquí para cumplir todos mis deseos. Es sólo conveniencia, no te hagas ilusiones", con falsa condescendencia.

Chan carcajeo antes de tomarlo entre sus brazos para apretujarlo, soltando un; "Claro cariño, solamente conveniencia", pateando fuera de la cama al mencionado Ggyu y no lo soltó hasta la mañana siguiente.

¿Ese era el cielo? Se preguntó Changbin. Decidió que sí.

TRYINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora